"DEL VALLE DE LOS CAÍDOS AL VALLE DE LOS TRAIDORES". SU CONSTRUCCIÓN Y LOS MOTIVOS POLÍTICOS E IDEOLÓGICOS. Por Carlos Garcés.
SU CONSTRUCCIÓN Y LOS MOTIVOS POLÍTICOS E IDEOLÓGICOS.
El Valle de los Caídos es uno de los conjuntos monumentales más singulares del siglo XX en España, no solo por sus dimensiones y complejidad técnica, sino también por los motivos históricos, políticos y espirituales que inspiraron su creación. Concebido en 1940 y terminado en 1958, este lugar se alza en la sierra de Guadarrama, en el municipio de San Lorenzo de El Escorial, como un testimonio monumental de una época y de una voluntad política concreta: la de conmemorar a los caídos de la Guerra Civil española.
El 1 de abril de 1940, exactamente un año después del final de la Guerra Civil, se promulgó el decreto que ordenaba la construcción del monumento. En él se decía que su objetivo era “perpetuar la memoria de los que cayeron en la gloriosa Cruzada”, en referencia a la visión que el régimen de Francisco Franco tenía de la contienda. Sin embargo, con el paso del tiempo, este planteamiento fue evolucionando hacia una interpretación más amplia, que incluyó la idea de reconciliación entre todos los españoles.
El enclave elegido fue un paraje agreste y escarpado conocido como Cuelgamuros, con una topografía imponente y de difícil acceso. El lugar no fue escogido al azar: su proximidad al monasterio de El Escorial y su aislamiento natural contribuían a reforzar el carácter sagrado, majestuoso y atemporal del monumento. La montaña, símbolo de firmeza y de elevación espiritual, sería el centro sobre el cual se edificaría la gran cruz y la basílica excavada en la roca viva.
Las obras comenzaron en 1941 bajo la dirección del arquitecto Pedro Muguruza, a quien sucedió más tarde Diego Méndez. El proyecto fue concebido con una ambición monumental: una basílica subterránea de 262 metros de longitud, tallada en granito dentro de la montaña, y rematada por una cruz de piedra de 150 metros de altura, visible a más de 40 kilómetros de distancia. La cruz, colocada sobre un promontorio de granito, está considerada una de las más altas del mundo.
El proceso constructivo fue arduo y prolongado. Se utilizaron explosivos controlados, perforadoras, grúas de gran tonelaje y técnicas de ingeniería avanzadas para la época, especialmente en lo relativo a la excavación y al control de la ventilación y humedad del recinto subterráneo. El granito fue el material predominante, extraído directamente del lugar, lo que confiere al conjunto una integración natural con el entorno.
Se calcula que participaron en las obras unos 20.000 trabajadores a lo largo de casi dos décadas. Entre ellos hubo obreros libres contratados, técnicos, ingenieros, artesanos, y también personas que cumplían penas de prisión dentro del sistema de redención de penas por el trabajo, vigente desde los años cuarenta. Este sistema permitía a los reclusos reducir sus condenas mediante su participación voluntaria en obras públicas, y en el caso del Valle, se ofrecían condiciones de trabajo y alimentación mejores que en otras cárceles del país. Algunos estudios destacan que hubo incluso relaciones de camaradería entre los distintos trabajadores, más allá de su origen o condición.
Los trabajos se prolongaron durante más de 17 años, desde 1941 hasta su inauguración en 1959. Durante ese tiempo, se realizaron miles de horas de labor diaria, a menudo en condiciones exigentes debido al clima y a la dureza del terreno. A pesar de las dificultades, el conjunto final refleja una planificación rigurosa y un esfuerzo colectivo sostenido que dejó como legado una obra arquitectónica y escultórica de una magnitud sin precedentes.
El papel del arte y la espiritualidad
La dimensión simbólica del monumento fue clave en su concepción. En su interior destacan esculturas de artistas como Juan de Ávalos, autor de las gigantescas figuras del pórtico de la basílica: los cuatro evangelistas y las virtudes cardinales. Todo el conjunto está concebido para transmitir una sensación de recogimiento, solemnidad y trascendencia. La nave central de la basílica, con su iluminación tenue y su altura monumental, conduce la mirada y el espíritu hacia el altar mayor, donde se alza una gran cruz de madera sobre la cripta.
El sentido espiritual del Valle fue reforzado con la presencia de la comunidad benedictina desde 1958, encargada de custodiar la abadía y de mantener una vida litúrgica en el recinto. Se organizaban misas diarias, celebraciones religiosas, cantos gregorianos y actos de recuerdo por los caídos, en un intento por dotar al lugar de un sentido de perdón, elevación moral y trascendencia.
Aunque en su origen el proyecto tuvo una marcada intención conmemorativa por parte del bando vencedor, con el tiempo se fue introduciendo un mensaje de unidad nacional. Prueba de ello es que, en el osario subterráneo de la basílica, fueron enterrados restos de combatientes de ambos bandos, muchos de ellos trasladados desde distintas fosas comunes del país entre 1958 y 1983. En total, se estima que más de 33.000 personas están inhumadas en el recinto, sin distinción oficial de ideología.
La intención del régimen fue convertir el Valle en un lugar de oración y de memoria, que ayudara a cerrar las heridas del pasado desde una perspectiva espiritual y religiosa. Esta visión responde al contexto de posguerra y al deseo de consolidar un proyecto de Estado basado en la unidad, la fe y la permanencia de ciertos valores tradicionales.
Resumiendo podemos afirmar que la construcción del Valle de los Caídos fue una empresa monumental que combinó voluntad política, ambición técnica y simbolismo religioso. Más allá de las interpretaciones ideológicas, lo cierto es que se trata de una de las obras más complejas y representativas del siglo XX español, fruto del trabajo de miles de personas y de una concepción que aspiraba a dejar huella no solo en el paisaje, sino también en la memoria. Su significado, como toda obra de gran carga simbólica, ha evolucionado con el tiempo, pero su valor arquitectónico y humano permanece como un testimonio de una época concreta de la historia de España.
Carlos Garcés.
18 de mayo de 2025
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"DEL VALLE DE LOS CAIDOS AL VALLE DE LOS TRAIDORES". PREÁMBULO.
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"DEL VALLE DE LOS CAÍDOS AL VALLE DE LOS TRAIDORES". INTRODUCCIÓN.
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