LOS VALIENTES DE AYER Y LOS FARSANTES DE HOY. (A los que hoy posan de héroes, pero ayer obedecían de rodillas). Por Carlos Garcés.
LOS VALIENTES DE AYER Y LOS FARSANTES DE HOY. (A los que hoy posan de héroes, pero ayer obedecían de rodillas). Por Carlos Garcés.
Han pasado cinco años. Y aunque algunos quisiéramos mirar hacia adelante, los hechos, la verdad, nos obligan a volver la vista atrás, no por nostalgia, sino por justicia. Hace cinco años nos manifestábamos en Barcelona, sábado tras sábado, en mitad del delirio sanitario, del totalitarismo mediático, del terror planificado. Nos rebelábamos frente al miedo inducido, frente al silencio cobarde, frente a una ciudad secuestrada por la mentira. Y lo hacíamos con el rostro al descubierto, con dignidad, sin banderas partidistas y sin esperar recompensa.
Ya escribí sobre ello en un reciente artículo que lleva por título:
👉 Cinco años después (En honor a Francesc Colet)
Hoy, exactamente cinco años después, han llegado nuevas imágenes, vídeos y recuerdos, que grabé yo y que fueron compartidas por las redes y negacionistas, de aquellas tardes de resistencia en el corazón de Barcelona. Y al verlos, algo se renueva: la emoción y la firmeza, Porque aunque fuimos muy pocos, fuimos verdaderos. Y los que resisten de verdad, con principios, acaban sembrando más de lo que imaginan.
Pero también vuelve la indignación. Porque los mismos que entonces callaban, obedecían y delataban… hoy posan de “resistentes”. Los mismos que perseguían a los que salíamos sin bozal, los que denunciaban a los vecinos que paseaban, los que pedían castigos para los mayores que desobedecían el encierro, los que cada día salían a los balcones a aplaudir a sus matarifes a las ocho de la noche, ahora aparecen disfrazados de “valientes”, envolviéndose en banderas y discursos “patriotas”, diciendo estar en contra de la AGENDA 2030 como si no hubieran sido parte activa de su imposición.
¿Dónde estaban entonces esos que hoy posan con la bandera de España? ¿Dónde estaban cuando las plazas estaban vacías y las conciencias también? ¿Qué hacían cuando unos pocos dábamos la cara, a plena luz del día, sin miedo, con nuestras manos desnudas y nuestras voces firmes?
Estaban obedeciendo. Estaban callando. Estaban exigiendo más represión.
Muchos de ellos, funcionarios, concejales, periodistas, alcaldes, curas, youtubers, votantes de todos los partidos, colaboraron activamente en la imposición del terror sanitario. Y ahora, cuando ya es rentable políticamente “estar en contra de la AGENDA 2030”, se apuntan a la moda. Pero lo hacen por interés, no por principios ni por conocimientos ni por deseo de saber.
Lo mismo hicieron con las autonomías. Durante años vociferaron que “el mal de España eran las autonomías”, que “había que acabar con ellas”. Y hoy, desde que hace seis años empezaron a chupar del bote autonómico, ya no dicen ni una palabra. Ahora las autonomías son su modo de vida. Y lo serán hasta que se hunda todo. El mal de España ha dejado de ser las autonomías porque ellos ya están colocados en ellas...
Lo mismo con las pensiones, con las "vacunas", con la censura, con las leyes LGTBI, con los confinamientos, con la mentira institucionalizada. Siempre hacen igual, callan cuando hay que hablar, aplauden cuando hay que rebelarse y desobedecer, y critican cuando ya es tarde, con la seguridad del rebaño y el oportunismo del traidor.
Por eso este artículo no es solo una crítica. Es también un recordatorio. Porque no todos fuimos iguales. No todos nos tragamos la mentira. No todos vendimos el alma por un aplauso o una subvención. Hubo unos pocos, muy pocos, que estuvimos ahí desde el primer día. En las calles. En las redes. En las plazas. Y muchos de los que hoy gritan, entonces nos insultaban y pedían cárcel para nosotros.
Que quede claro que no olvidamos. No vamos a permitir que se reescriba la historia con impostores. No vamos a callar ante la nueva farsa de los que ayer nos señalaban y hoy se disfrazan de rebeldes.
Este país no tiene solución porque la memoria ha sido enterrada por la cobardía, y el oportunismo ha sido elevado a virtud.
A pesar de todo, algunos seguiremos diciendo la verdad. Aunque sea solos. Aunque sea en contra de todos. Aunque sea desde el margen.
8 de agosto de 2025.







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