EN EL DÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN: DE LOS TERCIOS A LA ESPAÑA ANESTESIADA. Por Carlos Garcés.
Hoy 8 de diciembre se celebra el día de la Inmaculada Concepción, una festividad que tiene su origen en el llamado "Milagro de Empel", un suceso acaecido el 7 y 8 de diciembre de 1585, a raíz del cual la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios españoles y actual infantería española.
El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.
Hoy, mientras recordamos aquel prodigio que sacudió a Europa, el Milagro de Empel, es imposible no mirar atrás con admiración y, al mismo tiempo, con profunda tristeza. Los Tercios españoles fueron hombres de otra pasta: disciplinados, valientes hasta lo inexplicable, indoblegables en la fe, leales hasta la última gota de sangre. No luchaban por un sueldo, ni por privilegios, ni por ascensos burocráticos: combatían por una idea de España que hoy parece haberse evaporado en un océano de apatía y obediencia ciega.
Porque lo que fuimos no tiene nada que ver con lo que somos.
De aquellas formaciones legendarias que hicieron temblar a medio mundo hemos pasado a un ejército domesticado, neutralizado y convertido en un gran aparato administrativo donde abundan los funcionarios uniformados y escasean los soldados con alma. Un ejército que ya no incomoda a nadie, que no reivindica nada, que no defiende nada… y que obedecerá lo que se le ordene, incluso aunque sea contra su propio pueblo, si así lo mandan la criminal y genocida casta política e institucional que lo maneja. Y algún ejemplo tenemos en la falsa pandemia y enfermedad del COVID.
Hoy, Día de la Inmaculada Concepción, patrona de nuestra infantería, conviene recordar quiénes fuimos para entender mejor en qué nos han convertido.
LOS TERCIOS VIVÍAN DE PIE, CONFIABAN EN DIOS Y NO SE ARRODILLABAN ANTE NINGÚN PODER HUMANO.
Hoy, en cambio, demasiados se han acostumbrado a arrodillarse incluso antes de que nadie se lo exija.
Por eso este día no es sólo una conmemoración religiosa: es un llamado a recuperar la dignidad, la memoria, la valentía y la fe que hicieron Grande a España. Y esa recuperación no puede venir dada de la mano de ningún partido político porque todos, sin excepción alguna, están hoy a sueldo de la criminal y genocida AGENDA 2030.
Un fuerte abrazo, queridos amigos, y feliz Día de la Inmaculada.

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