UNA TARDE NECESARIA: REFLEXIONES TRAS LA CONFERENCIA DE FRANCESC COLET. Por Carlos Garcés.
Aunque no acostumbro a participar en actos públicos ni a asistir a este tipo de eventos (en estos últimos tres años he asistido a tres conferencias: dos en Barcelona y una en Madrid), el pasado sábado, día 15 de noviembre de 2025 hice una excepción y tuve ocasión de acudir a una de esas conferencias que, lejos de ser un mero acto informativo, se convierten en un auténtico ejercicio de lucidez ciudadana. Me refiero a la charla impartida por mi apreciado Francesc Colet sobre “El Pacto para el Futuro de las Naciones Unidas: ¿La nueva AGENDA 2045 encubierta?”, celebrada en un salón privado del Restaurant Nova Galiza, en Barcelona.
Conocí a Francesc hace más de cinco años, y desde entonces he podido comprobar su compromiso con la verdad y la enorme labor didáctica, pedagógica y ética que desarrolla. Francesc Colet, Gran Ser Humano además de excelente divulgador, logra explicar contenidos densos, complejos y profundamente manipulados, como los que rodean la AGENDA 2030 o los pactos impulsados por organismos supranacionales como la ONU y la OMS. Sin embargo, él lo hace con una claridad admirable y, sobre todo, con una intención muy noble que no es otra que la de abrir los ojos de la gente y ayudarles a reflexionar y a pensar por sí mismos, sin consignas ni banderas.
Su exposición fue muy completa: habló de la modificación artificial del clima, del control de la población, de la gestión global de los recursos del planeta, de la comida basura, del euro digital, del adoctrinamiento en los colegios, del agua, etc., y, sobre todo, de lo que cada uno de nosotros puede —y debe— hacer. Desmenuzó cada punto con precisión, aportando datos, referencias y análisis que invitan a pensar y a no aceptar ninguna verdad oficial sin antes contrastarla. Además, tuvo la amabilidad de mencionarme en varias ocasiones, recordando algunas frases y reflexiones mías que consideró oportunas para el tema tratado.
Tras la conferencia hubo un debate muy interesante y, posteriormente, una pequeña cena en la que pudimos seguir intercambiando ideas y contrastando pareceres. Fue, en definitiva, una tarde enriquecedora, de esas que demuestran que aún queda gente dispuesta a mostrar la verdad y a cuestionar lo que otros quieren imponer como incuestionable.
Pero, con todo, hay algo en lo que Francesc incidió y yo comparto totalmente: este tipo de actos son necesarios, pero no pueden ser el final del camino. La información es el primer paso; la ACCIÓN es el segundo.
Como he dicho infinidad de veces, si algo debemos incentivar, hoy más que nunca, es que la ciudadanía se movilice, exija, se rebele, desobedezca y actúe frente a todos aquellos que viven de la política o que tienen intereses en ella em barrios, pueblos y ciudades. Sin excepción alguna. De ahí la importancia de estos actos: necesarios, sí, pero que deben llamar a la movilización colectiva entre todos aquellos que previamente han tenido iguales o similares vivencias de rebeldía y de desobediencia personal.
Porque, si no lo hacemos, otros seguirán decidiendo por nosotros… y ya estamos viendo hacia dónde nos están llevando.
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