SER PATRIOTA HOY ES REBELARSE Y DESOBEDECER CONTRA TODOS LOS QUE VIVEN DE LA POLÍTICA O TIENEN INTERESES EN ELLA, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA. Por Carlos Garcés
SER PATRIOTA HOY ES REBELARSE Y DESOBEDECER CONTRA TODOS LOS QUE VIVEN DE LA POLÍTICA O TIENEN INTERESES EN ELLA, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA. Por Carlos Garcés
Ser patriota hoy —y esto ya no admite discusión posible— no es agitar banderas, ni gritar “¡Viva España!”o "¡Viva Cataluña! "como un acto de fuegos artificiales, ni desfilar por manifestaciones pidiendo dimisiones. Eso es folclore, vanidad… o simple escapismo. Un juego de apariencias para que nada cambie. Lo he dicho muchas veces y hoy lo repito con más fuerza que nunca: esa lección ya debería haberse aprendido.
Porque ser patriota hoy en España es otra cosa muy distinta, infinitamente más seria.
Ser patriota hoy es estar en contra del globalismo, esa maquinaria silenciosa que está borrando identidades, culturas, fronteras, soberanías y tradiciones. Es levantar un muro moral e intelectual frente a la criminal y genocida AGENDA 2030, ese dogma impuesto desde organismos que nadie ha votado, que nadie controla, y que, por supuesto, no representan ni el interés ni el futuro del pueblo español.
Ser patriota es defender a los ciudadanos en los barrios, en los pueblos y en las ciudades, donde vive la gente real, donde se sufre y donde se trabaja, donde están los problemas que ningún burócrata europeo ni mundial conoce ni quiere conocer. Es velar por su bienestar, por sus Derechos, por sus familias, por sus libertades y por su vida cotidiana, que es precisamente lo que hoy la política profesional y el globalismo están destruyendo.
Ser patriota hoy es decir con absoluta claridad:
ESPAÑA PARA LOS ESPAÑOLES.
LA SOBERANÍA NO SE NEGOCIA.
Y QUIEN QUIERA DIRIGIR UN PAÍS DEBE ESTAR AL SERVICIO DEL PUEBLO, NO DE INTERESES INTERNACIONALES.
Y por eso, hoy, el patriotismo real implica un paso que muchos no se atreven ni a mencionar: SALIR DE LAS INSTITUCIONES EUROPEAS Y MUNDIALES que llevan años humillando a nuestro país, arrebatándonos competencias, condicionando gobiernos, repartiendo cuotas, imponiendo políticas, limitando la economía y regulando hasta el último detalle de nuestra vida. Y no solo eso, desde el 14 de marzo de 2020 enfermando y asesinando a la descarada a la población. La Unión Europea se ha convertido en un mecanismo de control, en una fábrica de protocolos, en un “nuevo orden mundial” que nos trata como vasallos y no como una nación soberana.
Pero hay algo todavía más importante.
Para que todo esto sea posible, lo primero que hay que hacer es ir contra todos aquellos que viven de la política, de sus privilegios, de sus redes de interés, de sus pactos ocultos y de sus estructuras clientelares. Contra todos, sin excepción. Porque quien vive de la política jamás defenderá al pueblo; defenderá siempre al sistema que le da de comer.
Ser patriota hoy es romper con esa mentira institucionalizada.
Ser patriota hoy es decir basta.
Ser patriota hoy es rebelarse, denunciar, desobedecer y mostrar la verdad frente al teatro oficial.
Y quien no entienda esto, quien siga creyendo que el patriotismo consiste en banderas, cánticos y selfies en manifestaciones y en palabras huecas en época electoral… no está defendiendo España. Está, sin saberlo, formando parte de su destrucción.
17 de noviembre de 2025.

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