CUANDO NO SE INCIDE EN LO FUNDAMENTAL NI SE NIEGA LA MAYOR, TODO LO DEMÁS ES TEATRO. NEGAR LA MAYOR: EL COVID NUNCA EXISTIÓ. Por Carlos Garcés.


CUANDO NO SE INCIDE EN LO FUNDAMENTAL NI SE NIEGA LA MAYOR, TODO LO DEMÁS ES TEATRO. NEGAR LA MAYOR: EL COVID NUNCA EXISTIÓ. Por Carlos Garcés.


Quien me sigue y lee mis artículos sabe perfectamente que llevo años insistiendo en la necesidad de acudir a la raíz del problema, de incidir en lo fundamental y negar la mayor. Y lo he dicho infinidad de veces: cuando no se incide en lo esencial, cuando no se señala el origen real del mal, todo lo demás se convierte en mero teatro.

Hace más de cinco años decidí dar la cara. Lo hice antes que casi nadie. Sin pedir aplausos, pero tampoco con miedo. Y desde entonces repito siempre lo mismo: en España y en el mundo se traspasaron todas las líneas rojas habidas y por haber. En un primer momento, hubo una cierta claridad de ideas en aquellos que se opusieron. Pero a partir de 2021, ese mundo empezó a corromperse, a dejar de incidir en lo fundamental, a no negar la mayor, y todo el mundo comenzó a vender su alma al diablo.

La consecuencia es clara: desde 2022 ese mundo dejó de existir. Y ni está ni se le espera.

¿Cuál es esa mayor que hay que negar? La repito alto y claro, como siempre:

EL COVID NO EXISTIÓ.

NO EXISTE.

NUNCA EXISTIÓ.

Nunca fue una crisis sanitaria. Fue una operación mundial de control, esclavitud, transhumanismo y eliminación de seres humanos sin precedentes. Todo lo demás —protocolos, confinamientos, mascarillas, vacunas experimentales, “casos”, asintomáticos, PCR manipuladas— no son más que las consecuencias de una mentira original, diseñada para implantar un régimen global de sumisión.

Lo dije hace años y lo vuelvo a decir hoy:


si no se niega la mayor en lo relativo a la criminal y genocida AGENDA 2030, todo lo demás es teatro.

Un teatro criminal, lleno de manipulación y complicidades, donde participan todos:

los que nunca fueron negacionistas y siempre sirvieron al mal,

los que lo fueron y terminaron vendiéndose,

y todos los demás que miran a otro lado para no sentirse incómodos.


Muchos ahora dicen estar “despertando”. Pero ¿de qué sirve despertar si uno no se levanta de la cama?

Despertar sin actuar es seguir dormido.

Mirar sin rebelarse es complicidad silenciosa.

El respeto pasivo ante el mal no es virtud: es cobardía.

La sociedad está cada día más idiotizada, des-humanizada y robotizada. No por accidente, sino por diseño. Las redes sociales atontan, la digitalización adormece, la propaganda emocional sustituye al pensamiento. Nos venden inteligencia artificial mientras logran una imbecilidad natural colectiva.

El rostro es identidad. Por eso lo cubrieron.

Quien te borra la cara quiere borrarte el alma.

Y nadie se rebela. Nadie dice “basta”. La mayoría solo quiere que le devuelvan una “normalidad” que nunca fue más que la antesala de la tiranía.

Porque si el mal avanza, no es por su fuerza, sino por la cobardía de los buenos.

Yo no me tragué la mentira. Ni antes, ni ahora.

Y lo digo de nuevo, sin matices, sin medias tintas y sin pedir permiso:

El virus no existió.

La pandemia fue una farsa.

Las medidas fueron un castigo.

Y el silencio cómplice sigue siendo una forma de esclavitud.

No basta con respetar ideas.

No basta con “estar despierto”.

Hay que levantarse.

Hay que luchar.

Hay que desobedecer.

Y aquí viene una verdad que duele aún más:

Toda la casta política e institucional española que participó, avaló, defendió y ejecutó esta farsa sigue hoy libre.

No han pagado absolutamente nada por el daño irreversible e irreparable que han provocado en la población.

No solo no han respondido ante la justicia —ni moral ni legal— sino que siguen siendo aplaudidos, votados, legitimados y obedecidos por el 99,5% de los españoles, que han demostrado ser corruptos, cobardes y borregos, felices de su propia esclavitud con tal de no pensar, no recordar y no asumir la verdad.

Porque si no lo hacemos ahora, lo que viene después será aún peor.

Y entonces no podremos decir que no lo vimos venir.

Carlos Garcés.
1 de noviembre de 2025.












"SENATOR". Carlos Garcés.

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