MIENTRAS HAY VIDA, HAY ESPERANZA. BASTA YA DEL ENGAÑO DE LA “MUERTE CEREBRAL” Por Carlos Garcés.


MIENTRAS HAY VIDA, HAY ESPERANZA. BASTA YA DEL ENGAÑO DE LA “MUERTE CEREBRAL” Por Carlos Garcés.

Cada vez que nos hablan de “muerte cerebral” deberíamos detenernos y pensar: ¿qué hay realmente detrás de ese término? El doctor Paul Byrne, neonatólogo y activista provida, lleva años denunciándolo: la muerte cerebral no es la muerte real. Es un invento creado para favorecer los trasplantes de órganos y justificar lo injustificable: que se declare “muerta” a una persona que aún tiene signos de vida.

Se nos repite que la donación de órganos salva vidas. Pero ¿a costa de qué? Muchas extracciones se realizan tras diagnosticar “muerte cerebral”, y, sin embargo, hay testimonios de personas que han vuelto de ese estado. Incluso, a raíz de la falsa pandemia y enfermedad del covid y de la prohibición de hacer autopsias y de incinerar los cuerpos, ha habido y hay muchos casos en que la “muerte cerebral” ha servido para trasplantar órganos sin la autorización familiar, vulnerando Derechos básicos y el sentido más elemental de la ética. Esto demuestra que esa “muerte” no es más que una etiqueta administrativa, un pretexto para terminar con vidas que aún no han llegado a su fin.

Vivimos en una época en que la vida humana ha dejado de tener valor. El sector médico y sanitario, salvo  contadísimas excepciones, ha abandonado el espíritu del juramento hipocrático, ese principio básico de “no hacer daño”. Y ahora se ha convertido en un engranaje más de una maquinaria deshumanizada que prioriza intereses económicos, políticos y eugenésicos por encima de la dignidad de las personas.

Esto no es solo un debate médico. Forma parte de una AGENDA más amplia, la misma criminal y genocida AGENDA 2030 que la práctica totalidad de españoles aplauden por acción u omisión, y que en la práctica degrada y relativiza la vida humana, especialmente la de los más vulnerables: los mayores, los enfermos, los no nacidos. Se está instaurando una cultura de muerte bajo la apariencia de progreso y solidaridad.

Hay que decirlo alto y claro: MIENTRAS HAY VIDA, HAY ESPERANZA. Ninguna etiqueta, diagnóstico ni protocolo puede justificar el homicidio disfrazado de compasión. BASTA YA DE QUE CADA VEZ LA VIDA TENGA MENOS VALOR; BASTA YA DE CONSIDERAR A LAS PERSONAS, MAYORES O NO TANTO, COMO DESECHABLES BAJO EL PRETEXTO DE LA “MUERTE CEREBRAL”.  No me cansaré de decir que con el mal no se pacta, y con la vida no se negocia.

Carlos Garcés.
6 de octubre de 2025.












"SENATOR". Carlos Garcés.

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