LA PRUEBA DEL ALGODÓN POLÍTICO. Por Carlos Garcés.

LA PRUEBA DEL ALGODÓN POLÍTICO. Por Carlos Garcés.


Hay quienes dicen que no votan. Hay quienes critican el sistema, desprecian a los partidos y alardean de rebeldía. Pero cuando llega la hora de la verdad… acuden a las urnas. Y lo hacen para sostener lo mismo que juraban rechazar.

No es opinión: es psicología. La llaman disonancia cognitiva. Ese malestar que aparece cuando tus actos contradicen tus palabras. ¿Cómo se resuelve? Votando al mal menor, obedeciendo al rebaño, disfrazando de rebeldía lo que no es más que conformismo.

Se les nota. En lo que publican, en lo que callan, en el “me gusta” que dan… o que no dan. Esa es la verdadera prueba del algodón: ahí queda al descubierto quién habla por convicción y quién solo hace ruido.

La coherencia no se mide en discursos grandilocuentes. Se mide en hechos. En sostener con tu vida lo que dices con tu boca. Y ahí, la mayoría, suspende.

Yo, en cambio, hace ya ocho años que me mantengo firme en mi decisión: la abstención consciente. No como una huida, sino como un acto de rebeldía verdadera frente a un sistema que ya no me representa. Un sistema que, de derechas o de izquierdas, responde al mismo guion: el de la criminal Agenda 2030, esa hoja de ruta globalista que pretende uniformar nuestras vidas, vaciar de contenido nuestras naciones y domesticar la libertad de los ciudadanos bajo la máscara de lo “sostenible” y lo “inclusivo”.

Me niego a ser cómplice. Votar es legitimar a quienes negocian a espaldas del pueblo, a quienes juran defendernos mientras entregan soberanía, identidad y derechos en paquetes envueltos en propaganda de colores. Por eso no voto. Porque el verdadero acto de resistencia no es poner una papeleta cada cuatro años, sino sostener, día a día, un “no” rotundo a esta farsa.

Sé que mi postura incomoda. Que muchos prefieren tacharla de inútil, de pasiva o de insignificante. Pero lo que no pueden negar es que es coherente. Y en política —como en la vida— la coherencia vale más que mil discursos. No se trata de ser mayoría, se trata de no traicionarse a uno mismo.

La prueba del algodón político no está en el grito, ni en la pancarta, ni en la indignación de moda. Está en la coherencia silenciosa de quienes no se arrodillan ante el mal menor, ni se dejan arrastrar por el rebaño. O estás con el sistema o estás contra él. Y en esa frontera, hace ya ocho años que elegí mi sitio.

Carlos Garcés.
4 de octubre de 2025.












"SENATOR". Carlos Garcés.

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