ENTRE EL SUSTO Y LA SONRISA. COMIENZA LA 58.ª EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SITGES. Por Carlos Garcés.
ENTRE EL SUSTO Y LA SONRISA. COMIENZA LA 58.ª EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SITGES. Por Carlos Garcés.
Del 9 al 19 de octubre se celebra la quincuagésima octava edición del Festival Internacional de Cine de Sitges, uno de los certámenes más importantes del mundo dedicado al cine fantástico y de terror. Este año, la cita girará en torno al humor en el cine de terror, esa franja en la que la risa se entrelaza con el escalofrío, y el absurdo revela verdades oscuras.
A lo largo de las décadas, Sitges ha sabido consolidarse como un espacio de encuentro entre cineastas, críticos, estudiosos y amantes del género. Han pasado por allí figuras tan destacadas como Quentin Tarantino, Guillermo del Toro, Nicolas Cage, George A Romero, Jodie Foster, Paul Naschy, o Dario Argento entre otros muchos. Y quiero hacer mención especial al gran periodista y crítico cinematográfico, que nunca se perdió ningún certamen del festival y que nos dejó hace dos años, Carlos Pumares.
No obstante, el festival ha vivido también sus altibajos: a veces ha sido excesivamente politizado y contaminado por mensajes de corrección ideológica, consignas climáticas y guiños a la Agenda 2030. Pero más allá de esos desvíos, sigue siendo un punto de referencia internacional para quienes amamos el suspense, la intriga y el misterio bien construidos.
Yo, que prácticamente desde sus comienzos he asistido año tras año a este festival, conservo recuerdos imborrables de muchas proyecciones, de las colas frente al Retiro, Prado o al Auditori, de las conversaciones en los cafés del paseo marítimo, de esa atmósfera tan especial que se respira en Sitges durante esos días. Siempre he disfrutado del cine de suspense y del terror, pero no del terror de sangre, vísceras o zombis que parece haberse impuesto en los últimos tiempos. Ese tipo de horror ya lo vivimos a diario fuera de las pantallas, en los noticiarios, en las calles, en la incertidumbre del mundo. Prefiero el terror psicológico, el que juega con la sugestión, el que susurra antes que gritar.
Mis grandes referentes han sido siempre Narciso Ibáñez Serrador y su padre, Narciso Ibáñez Menta, artífices memorables de Historias para no dormir y otros relatos que supieron sembrar el miedo con elegancia. También me sumergí desde joven en el universo de Alfred Hitchcock, maestro insuperable del suspense, cuya mirada aguda y su sentido del tiempo narrativo influyeron profundamente en mi pasión por el cine que desafía la mente. A lo largo de los años, he ido coleccionando autógrafos de directores, actores y creadores del fantástico, muchos encuentros que serían interminables de relatar aquí; cada firma y cada recuerdo guardan un pedazo de esa vida entregada al cine.
Este año, Sitges comienza con un título muy esperado: Alpha, de Julia Ducournau, será la película de apertura. Se trata de una obra con elementos de body horror, que explora relaciones familiares, transformación corporal y lo que significa llevar marcas internas y externas. En cuanto a la clausura, el festival cerrará con The Long Walk, dirigida por Francis Lawrence, un thriller distópico sobre la supervivencia.
Entre los títulos más interesantes que se anticipan en la programación de Sitges 2025 se cuentan La hermanastra fea (Emilie Blichfeldt), Silencio (Eduardo Casanova), Exit 8 (Genki Kawamura) y Un fantasma útil (Ratchapoom Boombunchachoke) dentro de la competencia oficial. Otras obras esperadas incluyen Dead Lover (Grace Glowicki), Eye for an Eye (Colin Tilley), La vida de Chuck (Mike Flanagan) y producciones fuera del terror puro que aportan matices de ciencia ficción o fantástico híbrido. También se sabe que se proyectarán obras de nombres como Guillermo del Toro, Yorgos Lanthimos, Park Chan-wook junto con la presencia de figuras invitadas y actividades paralelas.
El Festival de Sitges ha sido, para mí, una escuela de emociones y un reflejo del paso del tiempo. He visto cómo cambiaban las generaciones de espectadores, los gustos, las modas y las tendencias del género. He comprobado también cómo, a pesar de todo, el festival mantiene intacto ese espíritu de pasión por el cine, esa magia de la oscuridad de la sala en la que cada proyección es una experiencia irrepetible.
Un año más, comentaré este festival en mi blog personal Senator y haré balance del mismo, como vengo haciendo desde hace tantos años, con el mismo entusiasmo y la misma fidelidad de siempre. Porque, al fin y al cabo, más allá de modas, ideologías o agendas, el buen cine, el verdadero cine, sigue siendo un acto de arte, de inteligencia y de libertad.
8 de octubre de 2025.
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