CONTRA LA HIPOCRESÍA DE LOS NUEVOS “ENEMIGOS” DE LA AGENDA 2030. Cuando había que luchar, callaron. Ahora hacen negocio. Por Carlos Garcés.


CONTRA LA HIPOCRESÍA DE LOS NUEVOS “ENEMIGOS” DE LA AGENDA 2030. Cuando había que luchar, callaron. Ahora hacen negocio. Por Carlos Garcés.

No he escrito ningún libro, ni doy conferencias, ni me paseo por los platós de televisión fingiendo ser un “experto” en la materia. Pero sé, y lo sé de primera mano, lo que es realmente la criminal y genocida AGENDA 2030. La conozco mucho mejor que todos esos oportunistas que, de un tiempo a esta parte, se han apuntado a la moda de estar en contra de ella.

Viven de sus conferencias, de sus actos, de sus libros y de sus discursos inflamados contra el globalismo. Pero, a la hora de la verdad, acaban demostrando una de dos cosas: o no tienen ni idea de lo que hablan, o son unos farsantes al servicio de los mismos intereses que dicen combatir. Porque quien de verdad comprende la magnitud de esta AGENDA no puede, en ningún caso, seguir dando voz y defendiendo a un partido político, ni mucho menos pedir el voto.

Conviene recordar, además, que mientras algunos dábamos la cara hace cinco años, explicando, denunciando, alertando y pagando el precio de esa rebeldía, muchos de los que hoy se presentan como “referentes” en la lucha contra la AGENDA 2030 obedecían sin rechistar. Aplaudían desde los balcones, cumplían disciplinadamente todos los protocolos genocidas y defendían la narrativa oficial con un fervor casi religioso. Y ahora, cuando ya es cómodo y rentable, se disfrazan de valientes y de resistentes. Esa es la diferencia entre la coherencia y la oportunidad; entre la convicción y el negocio.

El que pide el voto sigue alimentando el sistema que sostiene la AGENDA. El que se declara “antiagenda" o "antisistema” y a la vez participa en el teatro electoral, se contradice a sí mismo. Y el que pretende vivir de las conferencias sobre el “peligro globalista” es, en esencia, parte del propio engranaje que denuncia.

Por eso yo, sin libros, sin conferencias y sin intereses ocultos, prefiero mantenerme libre. Prefiero la coherencia de la abstención en las votaciones y la rebeldía de quien no necesita vender su conciencia para sentirse útil.

Porque la verdadera oposición a la criminal y genocida AGENDA 2030 no se mide en palabras, sino en ACTOS. Y el primero de esos ACTOS es dejar de alimentar  a todos los políticos, sin excepción alguna, que en pueblos y ciudades la están implementando a diario.

Porque en tiempos de engaño masivo, la neutralidad es complicidad. Y la complicidad, tarde o temprano, se paga.

Carlos Garcés.
29 de octubre de 2025.












"SENATOR". Carlos Garcés.

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