SICARIOS DE LA AGENDA 2030: PARA QUIENES HOY TODAVÍA DEFIENDEN A ALGÚN POLÍTICO. Por Carlos Garcés
La falsa pandemia y enfermedad del COVID han dejado en España un rastro de destrucción que durará décadas. A fecha de hoy, nadie ha negado la enfermedad ni ha perdido perdón por las atrocidades que se han cometido y se están cometiendo. Y, sin embargo, todavía hay quienes defienden a los políticos con explicaciones ridículas: “solo seguían a los científicos”.
MENTIRA. ABSOLUTA MENTIRA.
La responsabilidad política es ineludible. Cerraron negocios, confinaron ciudades, impusieron mascarillas, protocolos genocidas y vacunaciones masivas. Y lo hicieron escudándose en un relato tan falso como letal: el del “comité de expertos” que nunca existió. No era ciencia, era teatro. Se hablaba de científicos y médicos que luego resultaron ser inexistentes o estar comprados, marionetas del poder criminal, altavoces pagados para legitimar decisiones previamente tomadas. Había debates, divergencias, opiniones alternativas. Ignorarlas fue una elección consciente, no un error.
Y aquí está la prueba irrefutable: ni un solo político en España se inoculó la vacuna COVID. Ni uno ha muerto por COVID. Nos los dicen a la cara. Eso no es “seguir a los científicos”. Eso es asesinato. Eso es criminalidad consciente. Y todos siguen libres!!!
Todos ellos son sicarios de la AGENDA 2030, ejecutando cada mandato con precisión y sin escrúpulos. Un plan criminal y genocida, diseñado para someter a los pueblos y destruir su libertad, y aplicado en España con un servilismo vergonzoso. Desde el ayudante del concejal del pueblo más pequeño hasta el presidente del Gobierno, todos sin excepción han sido piezas de esta maquinaria criminal.
Defenderlos hoy es ser cómplice. Como hace cinco años, obedecieron y callaron ante el mal. Ahora, más que nunca, deben ser señalados. TODOS, SIN EXCEPCIÓN, deben terminar entre rejas, porque la justicia no puede seguir mirando hacia otro lado ante semejante traición a la sociedad.
La solución no está en las urnas. La solución no está en los tribunales de justicia. Las urnas son su coartada; los tribunales, su blindaje. La verdadera salida está en desenmascararles, en retirarles toda legitimidad social y política, en no participar de su teatro.
No hubo ignorancia. No hubo inocencia. Solo elección consciente y ejecución de un plan criminal. La historia juzgará. La memoria de los que sufrieron no olvidará. Y quien defienda a estos sicarios está del lado del mal.
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