NO, AL IGUAL QUE LAS PERSONAS, NO TODAS LAS OPINIONES SON RESPETABLES. Por Carlos Garcés.
Acabo de ver un vídeo del catedrático de filosofía José-Antonio Marina que me ha alegrado profundamente porque dice grandes verdades acerca del respeto, en torno a la forma de argumentar y sobre las que he escrito mucho. Comparto plenamente lo que afirma y por eso lo pongo aquí como apoyo y testimonio.
Marina explica con claridad que no todas las opiniones son respetables. Lo que debe respetarse es el Derecho a opinar, pero no cualquier opinión en sí misma. ¿Cómo podría ser respetable la opinión de un asesino, de un criminal, o de quienes defienden el aborto o la eutanasia? Este es un ejemplo pero podría poner muchos otros. La opinión de los idiotas y de los imbéciles no se puede respetar. Defender la eliminación de VIDAS HUMANAS NO ES UN DERECHO A OPINAR: ES UN CRIMEN MORAL Y UN ASESINATO QUE DEBE SER RECHAZADO, SEÑALADO Y CASTIGADO. Quienes promueven la muerte, directa o indirectamente, no merecen comprensión, aplausos ni eludir la justicia. Sus ideas no son dignas de respeto ni de difusión; quienes las defienden deberían ser encarcelados, y quienes les dan voz o pactan con ellos se convierten en cómplices de su maldad. Ni en el Congreso, ni fuera del Congreso, ni en un plató de televisión, ni en un estudio de radio se puede sentar a la mesa con ellos, ni pactar. Al mal se le ha de tratar mal.
Además, Marina subraya algo que vengo repitiendo durante años: la pérdida de la capacidad de argumentar. Hoy se pretende sustituir el razonamiento por frases cortas, memes y consignas vacías que circulan por las redes como si fueran ideas. Pero argumentar exige desarrollo, exige escritura larga, exige pensar con profundidad, y eso es precisamente lo que la mayoría ya no soporta.
Jamás he entendido que personas que presumen de leer me critiquen porque mis textos son demasiado largos. Si realmente están acostumbradas a leer, no debería molestarles. Y, sin embargo, también conozco personas que nunca me han reprochado la extensión de mis artículos, precisamente porque esas sí están verdaderamente acostumbradas a leer.
En mi blog personal "Senator" está demostrado que el pensamiento serio, honesto y profundo necesita espacio para desplegarse. Lo contrario es caer en la superficialidad de quienes ya no leen, ya no debaten y solo repiten consignas.
Y esto conecta con mi convicción más firme, expresada durante todos estos años: con el mal no se pacta, al mal no se le da voz. Quienes se sientan con criminales, quienes pactan con ellos, quienes negocian con asesinos, sea dentro o fuera del Congreso, sea defendiendo el aborto o la eutanasia, se convierten en lo mismo que esos criminales. La política española lo demuestra a diario: se legitima lo ilegítimo, se dignifica lo indigno y se normaliza lo inaceptable.
Por todo ello, respaldo con fuerza lo que afirma Marina y lo hago mío. Respetar no es poner en pie de igualdad la verdad y la mentira, el bien y el mal. Respetar es defender la dignidad de la persona, jamás justificar sus miserias ni aplaudir sus crímenes.
Y termino con una verdad tan amarga como inapelable: quienes defienden la muerte no merecen respeto, ni voz, ni comprensión. Y quienes les escuchan, les publican o pactan con ellos, se convierten en responsables de sus crímenes, aunque por su boca defiendan lo contrario. El 99,5% de la sociedad española nunca lo entenderá ni lo practicará, porque está robotizada por las nuevas tecnologías, idiotizada por la vulgaridad y zombificada en su propia mediocridad.
21 de septiembre de 2025.

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