SI TÚ ACEPTAS EXCEPCIONES AL ABORTO, TIENES LAS MANOS MANCHADAS Y NO VALES MÁS QUE UN VERDUGO. Por Carlos Garcés.
SI TÚ ACEPTAS EXCEPCIONES AL ABORTO, TIENES LAS MANOS MANCHADAS Y NO VALES MÁS QUE UN VERDUGO. Por Carlos Garcés.
Mucho escrito sobre el aborto y no voy a dejar de hacerlo. Hoy me quiero centrar en aquellos que justifican excepciones al primer y más importante Derecho que tiene el Ser Humano, el Derecho a la VIDA.
Uno de los mayores escándalos morales de nuestra época no es solo la práctica sistemática del aborto. Es también, y sobre todo, la hipocresía nauseabunda de quienes dicen estar en contra del aborto… salvo en casos de malformación, violación, pobreza o incomodidad personal. No son defensores de la vida. Son cómplices disfrazados. Son fariseos modernos con manos manchadas de sangre, aunque vistan de progresismo, de falsa compasión o incluso de cruz.
Porque el aborto es SIEMPRE un ASESINATO. SIEMPRE.
No hay situación que justifique eliminar una vida inocente. Ni una sola. Que un Ser Humano haya sido concebido en una circunstancia dolorosa no le hace menos Humano, ni menos digno, ni menos merecedor del Derecho a vivir. No hay dignidad ni verdad en un discurso que defiende al más débil solo cuando es "sano", "deseado" o "conveniente". Esa lógica repugnante es la antesala del exterminio selectivo, del desprecio absoluto por la vida humana, del eugenismo más brutal.
¿Qué clase de monstruo justifica la muerte de un hijo porque viene con una malformación? ¿Qué clase de sociedad protege más al feto de un lince ibérico o de un gato que al feto de un Ser Humano? ¿Qué tipo de basura moral hay que ser para justificar el aborto en nombre de la libertad?
Es perverso. Es cobarde. Es criminal.
Vivimos rodeados de gente que se indigna por el maltrato animal pero que aplaude el aborto. Gente que llora por los delfines, las focas o los lobos… pero que aplaude la ley que permite triturar bebés en el vientre materno. Gente que se llena la boca con Derechos Humanos mientras niega el más elemental, el Derecho a nacer.
Y aún más grave es ver cómo muchos que se dicen cristianos, muchas confesiones religiosas mundiales lo llevan en sus estatutos, incluso "defensores de la vida", acaban añadiendo la coletilla miserable: “Estoy en contra del aborto, pero…”. No. SI HAY UN “PERO”, NO ESTÁS EN CONTRA. ESTÁS A FAVOR CUANDO TE CONVIENE. ERES PARTE DEL CRIMEN. Eres parte de esta civilización decadente que ha perdido toda noción del bien y del mal.
LA VIDA NO ES NEGOCIABLE. LA DIGNIDAD HUMANA NO ES SELECTIVA. Y LA CONCIENCIA NO SE ADAPTA A LAS CIRCUNSTANCIAS.
NO EXISTEN ABORTOS JUSTIFICADOS. EXISTEN ASESINATOS LEGALIZADOS. NO EXISTEN EXCEPCIONES DIGNAS. EXISTEN VIDAS INOCENTES EXTERMINADAS POR DECISIÓN DE ADULTOS SIN ALMA.
Por eso, yo estoy en contra del aborto. SIEMPRE. Sin matices. Sin peros. Sin concesiones. Y me asquea profundamente la cobardía de quienes intentan maquillar su complicidad con retórica humanista, feminista, religiosa, médica o legal.
La defensa de la vida no necesita argumentos, necesita valor.
Y ese valor solo lo tienen los que están dispuestos a decir la verdad, aunque les cueste el aplauso del mundo.

Comentarios
Publicar un comentario