JAMÁS MIRARÉ HACIA OTRO LADO. Por Carlos Garcés.
Hasta hace ocho años defendí a VOX. Creí en sus principios que decían defender. Creí en la regeneración que prometía. Creí que mis valores podían encontrar allí un refugio digno. Pero lo que encontré fue corrupción enquistada, mentira sistemática y traición a todo lo que decían proteger. Por eso dimití. Por eso me levanté. Por eso no miré hacia otro lado. Y el tiempo ha demostrado lo que es desde la oposición y desde los gobiernos autonómicos, provinciales y locales que apoyan.
Jamás encubriré a los corruptos. Jamás justificaré la traición. Jamás callaré ante quienes se presentan como aliados y terminan siendo cómplices de la ruina moral y política de este país. La lealtad verdadera no se mide en obediencia, se mide en sostener la verdad cuando todos los demás se arrodillan.
A los que critican la política y a todos los partidos, pero que ante las elecciones se derriten, ceden al mal menor o al chantaje del voto útil, les digo que la coherencia no se negocia, la integridad no se postergará y la historia es implacable. Cada traición, cada complicidad, tarde o temprano pasa factura. Y eso es lo que va a suceder con VOX y con TODOS LOS DEMÁS PARTIDOS POLÍTICOS y aquellos que viven de la política o tienen intereses en ella, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA.
No hay causa justa que se sostenga con manos sucias. No hay valores nobles que resistan la mentira. No hay patriotismo verdadero que se construya sobre la manipulación. Quien traiciona sus principios termina convertido en aquello que juró combatir.
Roma no paga a traidores. La historia tampoco. Algunos lo olvidan. Otros lo disfrazan. Pero la justicia siempre llega. Siempre. Y cuando llegue, nadie escapará del precio de su traición. Yo, jamás miraré hacia otro lado. Yo, jamás traicionaré mis principios.
No hay excusas. No hay atajos. No hay impunidad. La verdad siempre se impone. La justicia siempre golpea. Y yo estaré allí, firme, inquebrantable, para recordarlo.
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