HABLAN SIN QUERER VER EN 2025. Por Carlos Garcés.
Hablan. Sí, hablan. Hablan y hablan sin parar, convencidos de que las palabras cambian el mundo. Hablan desde la comodidad de su sillón, desde el teclado de su móvil, desde sus pequeños reductos de “rebeldía controlada” que no incomodan a nadie. Hablan como si el simple hecho de opinar fuera suficiente para derribar este sistema podrido y criminal que nos devora.
Yo los escucho, y en parte los entiendo, sus intenciones son buenas. Yo también quiero una sociedad justa, libre, digna. ¡Quién no!
Pero mientras ellos hablan, la maquinaria del poder avanza.
Hablan sin querer ver que ya no vivimos en un mundo libre.
Hablan sin querer ver que la libertad ha sido suprimida, trozo a trozo, bajo el disfraz de “seguridad”, “salud pública”, “igualdad” o “progreso tecnológico”.
Hablan sin querer ver que lo que antes era un Derecho hoy es un privilegio que te conceden si cumples, si obedeces, si te arrodillas.
No quieren ver que estamos en manos de una casta política e institucional psicópata y criminal a sueldo de la genocida AGENDA 2030, que no gobierna para nosotros, sino contra nosotros. Una élite criminal que controla todo, la economía, los tribunales, los medios, la educación, la ciencia y hasta lo que pensamos.
No quieren ver que las herramientas que presumen de utilizar para liberarse son las mismas que los encadenan.
Esos móviles que llevan en el bolsillo son grilletes electrónicos.
Ese Internet donde se “informan” es un panóptico global.
Esas tarjetas y plataformas que “facilitan la vida” son el sistema de control financiero que pronto será total.
No quieren ver que mientras ellos “despiertan” con vídeos y frases motivadoras, el sistema perfecciona su dictadura digital.
No quieren ver que muchos de los que se dicen “despiertos” son infiltrados, agentes del propio sistema, vendidos al mejor postor, falsos profetas del cambio que adormecen conciencias.
Y LO MÁS GRAVE,
No quieren ver que con palabras, con discursos, con postureo no vamos a ninguna parte.
No quieren ver que seguiremos hundiéndonos hasta que asumamos que este cáncer terminal llamado Estado-Partido, esta mafia institucionalizada, sólo se erradica con acción, desobediencia masiva y ruptura total con todos los que viven de la política obtienen intereses en ella sin excepción alguna.
No estamos ante un simple mal gobierno. No es cuestión de cambiar siglas ni a un presidente, ni de votar “a los buenos”. NO HAY BUENOS en este sistema. Es un tumor que hay que extirpar entero, sin anestesia, sin piedad.
Mientras ellos hablan, el enemigo legisla, controla, manipula, censura, vigila, roba, miente y mata.
Mientras ellos hablan, nos quitan el aire y nos venden la soga con la que nos cuelgan.
Mientras ellos hablan, el reloj corre y cada segundo que pasa sin reacción es terreno perdido.
HABLAR YA NO BASTA. Ni SIRVE. Ni VALE.
Es hora de ACTUAR, de REBELARSE, de DESOBEDECER, de decir NO donde todos dicen SÍ.
Es hora de DEJAR DE HABLAR SIN VER, Y EMPEZAR A VER SIN HABLAR TANTO.
Porque si no lo hacemos ahora, pronto no tendremos ni voz, ni Derecho a hablar, ni siquiera ojos para ver.
Sólo quedará el silencio… y la esclavitud definitiva.
Y una vez más afirmo que mis palabras no serán entendidas ni compartidas por aquellos que viven de la política o que tienen intereses en ella.
No me importa. No escribo para ellos. Escribo para los que aún tienen ojos para ver, para los que aún sienten y desean ACTUAR, para los que no se resignan al silencio ni a la obediencia ciega del Mesías que toca.
Si mis palabras incomodan, que incomoden. Si despiertan, que despierten. Pero que nunca se pierdan en la superficialidad del discurso vacío.
Porque la verdad, la libertad y la vida misma requieren valentía, acción y rebeldía, no complacencia ni palabras huecas.
26 de agosto de 2025.


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