CON EL BOZAL BIEN PUESTO. Por Carlos Garcés.
Hace cinco años publiqué la imagen que acompaña este artículo. Una imagen que resumía a la perfección lo que hemos vivido y seguimos viviendo: los principales líderes políticos de este país retratados con un bozal. No era un adorno ni una metáfora exagerada; era el símbolo de la traición, de la cobardía y del sometimiento que nos impusieron.
Con sus bozales llegaron las “vacunas”, los confinamientos masivos, las restricciones criminales contra nuestros ancianos, los protocolos genocidas que los condenaron a morir solos, abandonados, sin consuelo ni despedida. Todo bajo la excusa de una “emergencia sanitaria” derivada de una falsa pandemia y de una falsa enfermedad llamada COVID, que no fue otra cosa que un ensayo general de control social.
Ese experimento dejó una herida abierta que no cicatrizará, causaron un daño gravísimo, irreparable e irreversible a toda la sociedad española que se prolongará durante décadas. Y ese daño no se limitó a los mayores; alcanzó también a los niños, en los colegios, privados de su infancia, de su educación y de su libertad; y a los adultos en general, sometidos a una maquinaria de miedo y de manipulación que destruyó vínculos, trabajos y proyectos de vida. Todo ello forma parte de la hoja de ruta de la criminal y genocida AGENDA 2030. En cualquier sociedad sana, no es el caso de la española, los responsables estarían entre rejas, juzgados por gravísimos crímenes contra los Seres Humanos.
Todos estos tipejos, los de arriba y los de abajo, todos los que viven de la política o tienen intereses en ella, siguen hoy libres, impunes, orgullosos de lo que hicieron. Y lo peor no es sólo que continúen en libertad, sino que todavía reciben, por acción y por omisión, el aplauso y el voto del 99,5% de los españoles. Un pueblo adormecido, sumiso, cómplice.
Ese bozal que se pusieron hace cinco años nunca se lo quitarán. Porque ya forma parte de su verdadera cara.
Carlos Garcés.
22 de agosto de 2025.

Comentarios
Publicar un comentario