Introducción necesaria (23 de julio de 2025).
Este texto fue escrito y publicado en octubre de 2020 en mi blog personal Senator, en uno de los momentos más sombríos que hemos vivido en nombre de una supuesta emergencia sanitaria basada en una falsa pandemia y enfermedad del COVID. Lo recupero hoy no por nostalgia ni por rencor, sino porque, aunque las formas han cambiado, el fondo de la cuestión sigue siendo el mismo: la sumisión, la obediencia ciega y el desprecio hacia la vida, libertad y dignidad humana continúan presentes en nuestra sociedad, disfrazados de normalidad o de falsa cortesía. Aquel día viví una humillación gratuita en un restaurante que conocía desde hacía más de cuatro décadas, y a ese lugar, como a todos aquellos donde he sido despreciado o tratado sin respeto, no he vuelto ni volveré jamás. Porque no se trata de una anécdota pasada, sino de una actitud que persiste, y contra la que sigo rebelándome.
A continuación, el texto íntegro tal como fue publicado entonces:

"MALA EXPERIENCIA EN RISTORANTE IL COMENDATORE.
NUNCA MÁS VOLVEREMOS.
Restaurante Il Comendatore.
Calle Urgel 154, Barcelona.
Ayer tuvimos una muy desagradable situación en este restaurante de Barcelona, que conozco desde hace más de cuarenta años, cuando fuimos a comer. Después de esperar quince minutos —pues no había mesas disponibles debido a las distancias de seguridad impuestas por la normativa anti-COVID (medidas que otros restaurantes ni terrazas aplican)—, al sentarnos en la mesa el metre nos indicó que debíamos pedir con el código QR. Le dijimos que no teníamos la aplicación, y nos contestó que, por la pandemia, no podían darnos la carta en papel. Le respondí que llevábamos esperando un buen rato y que lo que nos exigía NO CONSTABA POR ESCRITO EN LUGAR ALGUNO a la entrada, pues de haberlo sabido, no nos habríamos quedado. De forma poco profesional nos respondió que era por la pandemia, que lo decían por televisión y que no había otra forma. Cuando le insistí, él, de mala manera, se marchó diciendo que no "quería discutir", dejándonos tirados y sin servicio.
Evidentemente, ante tal desprecio y falta de educación, nos fuimos PARA NO VOLVER NUNCA MÁS. Y les aseguro que el boca a boca funcionará entre quienes, en Barcelona, defendemos la VIDA, la LIBERTAD, la DIGNIDAD HUMANA, y estamos en contra de esta falsa pandemia y de las criminales medidas que se están implantando en ese y otros establecimientos de servicio público. Sobre todo, estamos en contra de la mala educación y el desprecio hacia los clientes, que en definitiva son quienes pagan.
La casi totalidad de los españoles, carentes de dignidad alguna para defender su vida, su libertad, la de sus padres y la de sus hijos, se han acostumbrado, con este cuento de la pandemia, a aceptar lo que les echen y lo que les ordenen sin rechistar. Y ASÍ ESTÁ ESPAÑA, Y ASÍ ACABAREMOS.
Para finalizar, quiero recordar a aquellos que están en contra de esta conspiración criminal que no cedamos. Que cuando vayamos a un restaurante o a cualquier otro local no utilicemos los códigos QR ni la tecnología móvil, y que, a la hora de pagar, lo hagamos siempre en efectivo. Todo lo que no sea eso es colaborar con quienes están a un paso de esclavizarnos del todo.
Carlos Garcés."
Publicado originalmente el 4 de octubre de 2020 en mi blog.
"SENATOR". Carlos Garcés.
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