CUANDO ÉL PUEBLO CALLA, EL PODER MANDA. Por Carlos Garcés.
«No me da miedo el ruido del poder; me da miedo el silencio del pueblo» Julio Anguita.
Estoy completamente de acuerdo con las palabras de Anguita. Porque el poder siempre ha hecho ruido, el ruido de las mentiras, el ruido de los abusos, el ruido de los aplausos comprados, el ruido de las promesas vacías, el ruido de las consignas repetidas hasta la náusea y en los últimos años el ruido del crimen y genocidio descarado a la población. Ese ruido está ahí desde que el mundo es mundo.
Lo que de verdad estremece, lo que indigna, lo que entristece, es el silencio del pueblo. El silencio de los que sufren pero callan, de los que se resignan, de los que ven pero miran hacia otro lado. Ese silencio que es cobardía, o comodidad, o pura desesperanza.
Yo también tengo miedo a ese silencio. Porque cuando el pueblo calla, el poder se siente impune. Porque cuando el pueblo calla, la injusticia se instala, se acomoda y se perpetúa. El silencio del pueblo es la alfombra roja por la que desfilan los tiranos.
Y por eso, aunque muchos me llamen incómodo, exagerado, nostálgico o quijotesco, prefiero levantar la voz. Aunque sea solo. Aunque no me escuche nadie. Porque cada palabra dicha con verdad rompe un poco ese silencio cómplice.
Gracias, Julio Anguita, por esa frase le hace algunos años. Ojalá el pueblo recupere su voz. Y ojalá sepamos distinguir siempre el ruido del poder… del clamor de la dignidad. Aunque ya es tarde para todo pues pedir esto a una sociedad robotizada, trashumanizada, llena de seres sin alma es como pedir peras al olmo.
28 de julio de 2025.

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