La traición silenciosa: Cuando los amigos se vuelven enemigos.
Hay experiencias que solo el tiempo y el roce con la vida pueden enseñar. Yo, que ya peino canas y he dedicado más de treinta y nueve años a la gestión empresarial privada, creía conocer el carácter humano y la verdadera naturaleza de las relaciones.
Sin embargo, hace nueve años, cuando decidí dar un salto al mundo público y me involucré en política por primera y última vez en mi vida, descubrí un terreno mucho más oscuro y desalentador del que jamás había imaginado.
La frase "Si ves a tu amigo con tu enemigo, ten por seguro que ambos son tus enemigos", que he leído esta mañana y que me ha inspirado a escribir estas lineas, no es solo una advertencia; es una realidad que se vive en carne propia cuando las máscaras caen. En el mundo empresarial, que conozco bien, aunque las rivalidades existen, al menos las reglas y el respeto por el trabajo suelen mantenerse.
En la política, en cambio, esas fronteras se difuminan, y la traición se convierte en moneda de uso corriente, casi un arte silencioso y devastador. Y es aceptado por todos y además se ve como algo normal.
Hoy en día, en nuestra sociedad controlada, esclavizada, y trashumanizada con la AGENDA 2030, esta dinámica se extiende más allá del ámbito público o privado. Vivimos en un tiempo donde la superficialidad y el interés personal prevalecen sobre todo y todos.
Las amistades se vuelven conveniencias y los valores, meros discursos vacíos. Ver a alguien que considerabas amigo aliarse o hacer concesiones con quien claramente es un adversario, no solo hiere el corazón, sino que también revela un doble juego peligroso. Porque, en ese instante, no solo pierdes a un amigo, sino que también te conviertes en blanco de esa misma traición.
Es urgente, pues, que aquellos que todavía somos Seres Humanos y no nos hemos robotizado, continuemos armándonos de discernimiento y fortaleza. No podemos permitir que la ingenuidad nos haga víctimas en un mundo decadente que está premiando la doble moral y la falta de integridad.
La lección que aprendí no fue fácil ni agradable, pero sí necesaria para entender que las verdaderas amistades se prueban en la adversidad, y que quien no respeta esa línea, no merece un lugar en nuestro círculo.
Que esta reflexión sirva para abrir los ojos y fortalecer el espíritu. Porque en tiempos donde lo efímero parece ganar terreno, solo la coherencia y la autenticidad pueden guiarnos hacia relaciones genuinas y duraderas.
“Más vale la soledad honesta que la compañía traicionera.”
Carlos Garcés.
8 de junio de 2025.
"SENATOR". Carlos Garcés.
https://senatorcarlos.blogspot.com/?m=1
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