La cucaracha no se mata, se negocia con ella. Bienvenidos al zoológico moral de la OMS. Por Carlos Garcés.

La cucaracha no se mata, se negocia con ella. Bienvenidos al zoológico moral de la OMS. Por Carlos Garcés.


Entre harinas de gusano, grillos tostados y cucarachas con derechos, ya no sabemos si reír… o pedir asilo en Marte.

Hoy recupero una noticia de 2023, una de esas joyas del absurdo que, lejos de haber pasado al olvido, ha sido repetida y reciclada mediáticamente durante 2024 y este mismo mes del año 2025. Lo más curioso es que vuelve una y otra vez como si fuera nueva, aunque ya entonces nos costaba distinguir si venía del Club de la Comedia o del Ministerio de la Verdad. Fue un fiel seguidor mío quien ayer me la envió, actualizada y en plena circulación digital, probablemente dudando, como yo, entre reír o llorar.

Resulta que fue la criminal y genocida Organización Mundial de la Salud (OMS), sí, la misma que calló como una tumba durante el fraude del COVID, la misma que aplaude vacunas exprés y pactos de sumisión sanitaria global,  la que emitió una seria advertencia contra… aplastar cucarachas. Sí, lo han leído bien. Aplastar cucarachas.

Según estos "sicarios expertos" en alarmismo molecular, aplastar una cucaracha puede liberar en el aire una nube tóxica de bacterias y virus capaces de provocar salmonelosis, peste bubónica, hepatitis, lepra, asma, diarrea y probablemente el Apocalipsis mismo. Casi nada. Es decir, algo que la humanidad ha hecho desde que el mundo es mundo, ahora se presenta como un acto de terrorismo bacteriológico. A este paso, es probable que la próxima campaña global sea, 

“SALVA UNA CUCARACHA, SALVA EL PLANETA”.

Y mientras nos alertan sobre los peligros de pisar un bicho repugnante, nos invitan con entusiasmo a comer harina de grillo, lombrices deshidratadas y hamburguesas de proteína de insecto. Nos dicen que es ecológico, nutritivo y que salvará al mundo del cambio climático, ese otro tótem de la fe globalista. Pero aplastar una cucaracha, ¡eso sí que no! Eso atenta contra la biodiversidad, la higiene, la nueva moral y quién sabe si contra los derechos fundamentales de los artrópodos.

¿Y qué será lo próximo? ¿Un tribunal internacional para juzgar a quienes matan moscas a palmadas? ¿Leyes que prohíban el uso de insecticidas por “violencia química”? ¿Indemnizaciones a cucarachas heridas por humanos hostiles? ¿Campañas en Netflix para enseñarnos a “convivir en paz” con las plagas urbanas?

Esto no es una simple ridiculez ni nuevo en España pues hace pocos años se aprobó la "ley de bienestar animal", recogida también en mi blog personal "Senator", y que no tiene desperdicio. Es parte de un sistema delirante que lleva años fabricando miedo, culpabilidad y obediencia a través de una ingeniería mental constante. Nos dicen qué comer, cómo movernos, cómo hablar, cómo sentirnos. Nos infantilizan, nos asustan, nos agotan. Y ahora, al parecer, también nos van a reeducar en el noble arte de no incomodar a las cucarachas.

Y todo bajo el paraguas benéfico de la  criminal y genocida AGENDA 2030, ese manual de sumisión revestido de colores, que promete paz y progreso mientras nos entierra en controles digitales, restricciones absurdas, impuestos climáticos y menús de bichos. Y que es aplaudida y apoyada por el 99,5% de los españoles.

Ya está bien. De verdad. Ya BASTA de tanta manipulación grotesca. BASTA de utilizar la ciencia como excusa para inocular pánico, histeria y control. BASTA de tratar a la población como a una panda de idiotas, (y en esto no se equivocan),  que no puede ni pisar un bicho sin pedir permiso a un comité internacional de bioética.

Si esto no fuera trágico, sería divertidísimo y propio de guión de una película de los hermanos Marx. Pero es trágico. Porque estas noticias, que parecen salidas de una parodia, van calando, van sembrando miedo, van convirtiendo la realidad en una caricatura absurda, donde todo es sospechoso, peligroso, letal. Y mientras tanto, la gente en las nubes pero ni siquiera construyendo castillos en el aire....

Pues desde este rincón del mundo, yo me niego a tomar en serio estas sandeces. Lo digo alto y claro: seguiré aplastando cucarachas con total conciencia de mi humanidad, como lo hicieron mis padres, mis abuelos y todas las generaciones que han sobrevivido y comido pan sin harina de grillo.

Carlos Garcés.
30 de junio de 2025.












"SENATOR". Carlos Garcés.

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