FARISEOS DE DERECHA, ULTRADERECHA Y SUS PEONES CULTURALES; VALORES DE QUITA Y PON. Por Carlos Garcés.



FARISEOS DE DERECHA, ULTRADERECHA Y SUS PEONES CULTURALES;  VALORES DE QUITA Y PON. 

ESTOY HARTO! Y no es un hartazgo de ahora, ni de moda. Es un cansancio moral acumulado durante años, ante el espectáculo nauseabundo de tantos que presumen en privado de tener principios, valores, fe, tradiciones, patria… pero que en público callan, se esconden o, peor aún, hacen el payaso con banderitas, coplas y acudiendo a votar cuando toca mientras el mundo se derrumba a su alrededor.

Esos mismos que en los pasillos o en las comidas familiares levantan el dedo y se dicen “gente de orden”, que apelan a Dios, a España, a la familia, al sentido común… y que luego, cuando hay que dar la cara, cuando hay que plantarse con dignidad y decir la verdad aunque escueza, se disfrazan de comediantes patrioteros. No tienen reparo en cantar “¡Que viva España!” a pleno pulmón, pero ni un acto valiente cuando hay que ACTUAR contra los asesinos  del aborto, de la eutanasia, del adoctrinamiento sexual en las escuelas, de la traición a la patria, la humillación sistemática a los valores cristianos y la criminal y genocida AGENDA 2030 en su totalidad. ¡Ah! Pero eso sí, la pulserita rojigualda no falta, ni la selfie con la bandera al fondo.

Son los nuevos fariseos, los de misa dominical, obediencia diaria al mal y silencio cómplice, los de discursos inflamados en la sobremesa pero mudez cobarde cuando toca enfrentarse al sistema. Los que se acomodan al qué dirán, los que tienen miedo de perder un puesto, una amistad, una red social. Los que venden sus convicciones por el aplauso fácil o la comodidad del anonimato.

A esta gente no la mueve el amor a la verdad ni la justicia, sino el postureo ideológico. No les interesa cambiar nada, sino parecer que están en el lado correcto de las cosas. Son, en definitiva, cómplices del mal que dicen combatir. Porque el mal, hoy, ya no necesita valientes enemigos: le basta con estos cobardes vergonzantes que lo toleran mientras fingen escandalizarse.

Además, resulta doloroso observar cómo esta misma gente que presume de valores y principios, se avergüenza del pasado glorioso de España y de aquellos que con valentía forjaron una nación grande y libre. Por miedo a “traumatizar” a sus hijos y nietos, evitan transmitirles la verdadera historia, esa mezcla de esfuerzo, sacrificio y orgullo nacional que debería ser legado y bandera. Tratan con la misma indiferencia lo bueno y lo malo, relativizando nuestra identidad para no incomodar, diluyendo así la memoria y la fuerza que deberían alimentar el espíritu de las nuevas generaciones. Esta amnesia interesada no es solo cobardía, es un desprecio hacia la historia y hacia quienes hicieron posible lo que hoy muchos ni siquiera se atreven a nombrar.

Yo no tengo ya edad ni paciencia para estas farsas. Y tampoco  miedo. Porque si algo me enseñaron mis padres, esos sí eran hombres y mujeres de principios, es que hay que vivir de pie y morir igual, sin arrodillarse nunca ante la mentira. Que el que calla cuando hay que hablar, otorga. Y que no basta con llevar la bandera, hay que merecerla.

A todos vosotros que presumis de “ser de derechas”, de “tener valores” o de “defender lo nuestro” mientras acudis a votar cuando toca y agachais la cabeza  aplaudiendo  como focas en actos sin alma, repito una vez más, la criminal y genocida AGENDA 2030 y a todos los que vivís de la política o tenéis intereses en ella sin excepción alguna: 

NO ME REPRESENTÁIS. 

Sois parte del problema. Y aunque lamentablemente no creo que ocurra porque además de corrompidos estáis robotizados, me gustaría que llegara el día en que tuvierais que dar cuentas, no sólo ante la Historia, sino ante vosotros mismos. Y entonces veríais el precio de tanta cobardía y corrupción disfrazada de prudencia.

Carlos Garcés.
23 de junio de 2025.












"SENATOR". Carlos Garcés.

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