"Moonlight in Vermont" (Letra de John Blackburn, música de Karl Suessdorf) es uno de esos clásicos atemporales del repertorio estadounidense, una pieza lírica y melódicamente muy particular. Compuesta en 1943, es famosa no solo por su belleza evocadora, sino también por su estructura poética inusual: no hay rimas en las estrofas, y cada una es un haiku (forma poética japonesa con estructura silábica 5-7-5).
¿Qué representa esta canción?
"Moonlight in Vermont" es una oda al paisaje, al silencio, a la naturaleza y al amor contemplativo. No es una canción romántica al uso. No hay una narrativa directa de amor ni una historia desarrollada; en cambio, cada verso funciona como una postal o cuadro impresionista del estado de Vermont: nieve sobre los árboles, luz de luna, pasos sobre el río helado… Todo se percibe como suspendido en el tiempo.
Pero bajo esa aparente sencillez se esconde una profunda melancolía. Es la melancolía de quien ama en silencio, de quien se pierde en la naturaleza como reflejo de sus sentimientos. El verso final, “And you and I and moonlight in Vermont”, es el único que menciona directamente una relación, y lo hace como si fuera parte del paisaje. Amor y naturaleza se funden sin estridencias.
¿Qué significa esta canción?
La canción es, en el fondo, una metáfora del amor idealizado y calmo. La luna, los paisajes nevados, la serenidad de Vermont en invierno… Todo sugiere un mundo sin ruido, sin urgencia, sin dolor: un mundo soñado. Para muchos oyentes, evoca nostalgia, refugio emocional y belleza serena. Es casi como un suspiro musical.
Sinatra y su interpretación
Frank Sinatra grabó "Moonlight in Vermont" en 1957 para el álbum Come Fly With Me, bajo la dirección de Billy May. Este disco es, en esencia, un viaje musical por el mundo, y esta canción representa la parada en Nueva Inglaterra, dentro de ese mapa emocional y sonoro que Sinatra traza.
Su interpretación es un ejemplo de sutileza y contención. No dramatiza, no impone; simplemente flota sobre la orquesta con una voz que parece acariciar cada palabra. Hay una quietud deliberada en su tono, como si respetara el paisaje que describe. La orquestación de Billy May, habitualmente exuberante, aquí es más contenida y envolvente, con toques suaves de cuerdas y vientos que simulan la brisa y la luz de luna.
Es importante destacar que, aunque "Moonlight in Vermont" fue grabada por muchos artistas —desde Margaret Whiting hasta Ella Fitzgerald y Willie Nelson—, la versión de Sinatra es una de las más recordadas por su capacidad de transmitir elegancia sin esfuerzo.
Consideraciones finales
"Moonlight in Vermont" es, para muchos, una de esas canciones que te enseñan a escuchar con los ojos cerrados. Y Sinatra, maestro en dotar de humanidad a las canciones, la convierte en un momento suspendido en el tiempo. Es menos un espectáculo y más una contemplación. En su voz, Vermont no es solo un estado: es un estado del alma."

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