"Lo más duro de envejecer". De redes.

 


"Lo más duro de envejecer". De redes.

"— ¿Sabes qué es lo más duro de envejecer?

— ¿Qué?

— Que te vuelves invisible. Mientras más joven, todavía "eres alguien": lindo, gracioso, carismático, fuerte… o al menos, notorio. Pero después todo eso pasa. Y te conviertes en “el viejito no más” con la campera gastada, o “la señora” con boina y tapado viejo. Es como si ya no estuvieras. Eres transparente…

— Pero yo, ¿sabes? Me fijé en tí apenas entraste a la habitación...

Es una frase de una serie británica muy conocida. Y sí, es real.

Muchas veces, la única “característica” que parece importar en una persona mayor es su edad. Nadie dice: “ella fue profesora”, o “él era ingeniero civil”. Dicen: “ya tiene más de 80”, o “él debe andar cerca de los 90”.

Cuando una persona llega a cierta edad, la cantidad de gente que conoce su verdadera historia, quién fue, qué amaba, qué sabía hacer — se reduce cada vez más.

Los amigos o ya partieron, o están encerrados en casa, apenas se mueven y sólo salen, si acaso, hasta el kiosco de la esquina a comprar pan.

Los hijos hace rato viven en sus propios mundos, con sus problemas, sus rutinas. A veces llaman por celular, y cada tanto, muy de vez en cuando, pasan a tomar unos mates.

En el edificio hay vecinos nuevos, mamás jóvenes con cochecitos, papás con bolsas del súper… y ni siquiera saben cómo se llama la señora del segundo piso.

En el negocio de la vuelta ya cambiaron las empleadas. Ni una cara conocida.

De los abuelos del barrio, si alguien sabe algo, es el número de departamento y una edad aproximada. Pero lo que pasa del otro lado de la puerta, a nadie le importa.

Un mundo invisible.

No nos damos cuenta cómo se va formando un vacío alrededor de nuestros viejos.

No entendemos por qué mamá llama diez veces al día al trabajo “con tonteras”.

Por qué papá insiste con preguntar detalles que parecen irrelevantes.

Y es que tienen miedo de quedar olvidados del todo. Quieren ser escuchados, reconocidos, aunque sea por la voz...

La vejez no es solo una cuestión de años.

Es invisibilidad.

Es soledad.

Y una necesidad enorme de sentirse aún importantes para alguien."








"SENATOR". Carlos Garcés.

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