"Me encuentro con que demasiadas personas no entienden que las CBDC son algo por completo diferente, que no son dinero, que son un sistema de crédito social, de ingeniería del comportamiento, de control y castigo.
Con el dinero real se puede pagar siempre que se disponga de fondos, de forma anónima, lo que se quiera. Con las CBDC se solicita un permiso de pago en el acto(Contrato Inteligente). Esa solicitud es cotejada automáticamente con nuestro perfil individual, ligado a una ID digital, que se construye con cada una de nuestras interacciones sociales bajo control, que serán cada día más.
Un algoritmo concederá permiso, o no, en tiempo real, en función de variables ajustables, de nuestros "pecados" sociales registrados en una base de datos, un catálogo disciplinario. Es una especie de juicio sumarísimo e inapelable, un rito digital reiterado, el metrónomo la vida futura.
El algoritmo nos dará forma como el alfarero hace con la arcilla húmeda, el tiempo estará de su lado, todos aprenderemos a comportarnos, interiorizaremos incluso las normas no escritas. No hay interpelación posible: adaptarse o perecer, el molino social no se detiene.
Es importante entender esto, lo fundamental:
Dinero real (efectivo) es anonimato, efectividad, valor estable.
CBDC es identificación absoluta, efectividad discrecional, valor variable según criterios administrativos oscilantes. Vivir con permiso, bajo la espada de Damocles de la exclusión social, convertidos en nuestros propios celosos carceleros, siempre con miedo. Hablamos de esclavitud verdadera, de un mundo gris, limitado, uniforme, estéril, que sólo puede ir a peor.
¿Quién tiene interés en esto?"
"SENATOR". Carlos Garcés.
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