Por su interés, traslado aquí la respuesta que un ciudadano me dio a una publicación mía en Counterpropaganda:
"Llegando a los setenta años, de la generación de las protestas y carreras ante los grises, de los que luchamos por conseguir cotas de la LIBERTAD de la que fuimos despojados, sobre todo, con la llegada del modernismo, de la positivación del derecho, con los recortes que a traves de los tiempos ha ido sufriendo esos derechos innatos al ser humano por el hecho de serlo, y que desde este discurrir han ido dividiendo ese derecho en parcelas del mismo y, poco a poco acotando cada vez mas cada una de ellas.
He ejercido durante casi 45 años el derecho y uno de los problemas que, en el ámbito en el que he trabajado, me he encontrado es en la desidia, la dejadez que tienen los ciudadanos de este país a protestar, reclamar, manifestarse, aglutinarse, asociarse, para hacer valer los derechos que corresponden en cada momento a cada un o o al colectivo.
Los ciudadanos no son tontos, aunque haberlos hailos, y sufren en muchas ocasiones en sus carnes los desmanes de los amos (políticos, poder económico, etc), ven de las barbaridades que se cometen cada día, de la terrible corrupción que nos invade, y todo ello ante la insoportable levedad, pasividad y dejadez de los ciudadanos de bien y que no pertenecen a los círculos del poder, ni los ambicionan o son estómagos agradecidos.
Se habla de ello en petit comités, en los bares, en los ambulatorios o en las tertulias pero ahí queda, parecen profecías autocumplidas, sin solución y no se si esperan a que venga el Arcángel defensor a salvarnos a todos de todos los males.
Hay un hecho cierto nadie quiere implicarse, ir a una manifestación, a una protesta, es la vagería de ser un ciudadano borrego ab initio (está muy bien esa frase que leí en alguna parte " El problema no es el lobos, el problema son los borregos").
Vivo en una localidad en la que para conseguir cita con el médico de cabecera tiene que esperar casi dos meses, o plantarte ante de las 08.00 am en la cola que se forma ante el ambulatorio para ver si puedes acceder a una cita de las diez que se dan para todos los médicos (esta cola rodea cada mañana el centro. Todo el mundo protestando). Se convocó ante esto una manifestación para visibilizar y protestar por esta denigrante situación que afectas a todos los vecinos (mas de 50.000 habitantes en invierno). Fuimos no mas de cien. Los políticos al ver esto pensaron: todo va bien.
Cuando consigamos enaltecer, hacer sentir la sangre que corre por las venas y hacer ver lo que nos quitan y roban cada día, quizás vayamos a reclamarle a la madre superiora.
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