Patología social - Todd Hayen. Counterpropaganda.



Patología social - Todd Hayen

Nosotros, como sociedad, nos estamos pudriendo, y la mayoría de la gente ni siquiera lo sabe, y si lo sabe, no le importa. Más pesimismo, ¿eh? Aunque no lo creáis, ¡soy un pensador positivo! Creo, de hecho lo sé, que todo va a salir bien.

No creo que Dios vaya a abandonarnos, aunque a veces lo parezca. Realmente no puede haber un «abandono» - somos uno y lo mismo con Dios, sólo tenemos que ser conscientes de esa verdad, o de lo contrario nos pudriremos.

Puede que pase bastante tiempo antes de que «salga bien».

Nos movemos en un terreno muy inestable. Cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento en nuestro mundo físico, emocional y espiritual. Bueno, la parte espiritual de ese trío necesita un poco de explicación. Todo lo que los humanos experimentan físicamente pasa por el sistema material. O al menos la mayoría de las cosas de las que somos conscientes. Debemos «pensarlo» para «saberlo».

Esto es la conciencia del intelecto (o conciencia de la mente). La espiritualidad se sitúa entre la conciencia de la mente y la conciencia del corazón.

La razón por la que la espiritualidad tiene un pie en el intelecto es simplemente porque somos seres pensantes: ahí es donde residen los conceptos de Dios, los conceptos que se encuentran en la Biblia, los Diez Mandamientos, incluso Jesús cuando apareció en la tierra de forma física. Todas estas cosas son construcciones intelectuales.

Pero la espiritualidad también tiene un pie en el corazón. La sentimos. La conocemos. Sabemos cuándo estamos enamorados, conocemos el sentimiento en nuestro corazón (no en nuestra mente) que experimentamos ante la belleza de la naturaleza, el arte y la música. Si somos cristianos, conocemos el amor y el perdón de Cristo. Si somos de otra fe, conocemos el amor a través de cualquier camino hacia Dios en el que nos encontremos.

Todo lo demás pasa estrictamente por los sentidos. El miedo, la muerte, el sufrimiento, todas estas cosas se experimentan a través de los sentidos, y luego a través de la mente (que es donde se interpretan las sensaciones). Claro, cosas como el arte y la música también llegan a través de los sentidos, la vista, el tacto y el oído, pero en su mayoría son interpretadas por el «corazón», no por el «cerebro». Puesto que somos seres físicos, los sentidos actúan como puerta de entrada al corazón.

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