La Gala inaugural de la quincuagésima séptima edición del Festival Internacional de cine de Sitges, que anoche se celebró en el auditorio del Hotel Meliá, como era de suponer, se convirtió un año máa, pero este con mayor intensidad, en una sesión de lavado de cerebro para defender algunos aspectos de la criminal y genocida AGENDA 2030.
No sé si fue por la presencia del Ministro de Cultura, altos cargos de la Generalitat de Cataluña y demás gentuza política e institucional o más bien porque ya tienen el chip de todas las indecencias habidas y por haber en sus cerebros que, salvo alguna excepción, la práctica totalidad de los presentadores y del director artístico no dejaron de pedirles que trabajen por el fin de la violencia en el mundo, el fin del maltrato a las mujeres, el respeto a los colectivos LGTBI, el respeto a los animales y al medio ambiente y la inversión en nuevas tecnologías IA. Todo ello regado con unos cortos hablando de que no hay que gastar agua, de que hay que ir en bicicleta por aquello del medio ambiente, etc etc etc. Ya se pueden imaginar ustedes....
En resumen
¿Qué fue lo que a mi juicio sobró?
Los presentadores, los políticos y la mayor parte del público.
¿Qué fue lo positivo?
La proyección, en una cinta muy bien conseguida de todos aquellos actores y profesionales de la industria cinematográfica nacional y extranjera que durante el año 2023 y 2024 nos han dejado. Y aquí me puse al día porque al no ver la televisión hace más de cuatro años no me entero de la "vida, obra, milagros" y muerte de los famosos.
La presencia, un año más, del director y productor cinematográfico José Antonio Bayona quien participa en el jurado que entregó unos premios en un proyecto internacional que financia una marca de coches.
Y por último la proyección de la película "Presence" con la presencia de su director Steven Sonderberg, conocido por una larga trayectoria y por la dirección de filmes como "Ocean's eleven".
La película, que trata sobre fantasmas en una mansión, fue entretenida pero no para "echar cohetes".
En definitiva, el comienzo de este festival constata lo que vengo diciendo hace años sobre la decadencia de este certamen que forma parte y está inmerso en una sociedad podrida de la cabeza a los pies.
Carlos Garcés.
4 de octubre de 2024.
Steve Sonderberg ayer en Sitges.
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