"El ser humano se preocupa de problemas a los que no puede responder", Immanuel Kant. De redes.



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"El ser humano se preocupa de problemas a los que no puede responder, según Kant. 

La filosofía de Immanuel Kant, uno de los mayores pensadores de todos los tiempos, nos ayuda a entender los límites del conocimiento, y además nos proporciona una guía ética para vivir en un mundo que no podemos comprender en su totalidad.

Immanuel Kant, uno de los filósofos más influyentes de la era moderna, propuso que la razón humana está inevitablemente preocupada por problemas fundamentales que, aunque no puede abandonar, tampoco puede resolver completamente.

 Este dilema es uno de los temas centrales de su obra más famosa, ‘Crítica de la razón pura’ (1781), donde Kant explora los límites y capacidades de la razón humana.

Kant argumenta que la razón se enfrenta a tres preguntas fundamentales: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me está permitido esperar?

 Estas preguntas representan los problemas esenciales que, según Kant, la razón no puede eludir, ya que son intrínsecamente ligados a la naturaleza humana y a nuestra existencia. 

Sin embargo, Kant también sostiene que la razón humana tiene límites y no puede proporcionar respuestas definitivas a estos problemas.

La razón y sus límites Kant sostiene que la razón humana tiene un límite inherente: no puede trascender la experiencia para conocer la “cosa en sí” o la esencia última de la realidad. 

Esta barrera es lo que Kant llama el ‘noúmeno’, en contraposición al ‘fenómeno’, que es el mundo tal como lo experimentamos. Según Kant, aunque podemos conocer los fenómenos a través de nuestras percepciones y conceptos, el noúmeno permanece inaccesible a la razón humana.

Este reconocimiento de los límites de la razón implica que hay cuestiones fundamentales sobre la realidad, la existencia y el universo que nunca podremos responder completamente. 

La razón, en su búsqueda de respuestas, se enfrenta a problemas que trascienden su capacidad de resolución. Sin embargo, estos problemas son tan esenciales que la razón no puede simplemente ignorarlos.

1. ¿Qué puedo saber?

La búsqueda del conocimiento es una preocupación central para la razón. Kant distingue entre el conocimiento empírico, basado en la experiencia, y el conocimiento a priori, independiente de la experiencia. Mientras que la ciencia y las matemáticas pueden ofrecer conocimiento certero en sus ámbitos respectivos, la razón tropieza con limitaciones cuando intenta conocer la “cosa en sí”, el noúmeno, que trasciende nuestra experiencia.

2.  ¿Qué debo hacer?

Esta pregunta se refiere a la moralidad y la ética. En su ‘Crítica de la razón práctica’, Kant aborda la capacidad de la razón para determinar principios morales. En este sentido, propone el imperativo categórico, una ley moral universal que debe guiar nuestras acciones. Sin embargo, la aplicación práctica de estos principios supone desafíos y dilemas éticos que, desde su punto de vista, la razón no siempre puede 

3. ¿Qué me está permitido esperar?

La cuestión de la esperanza está vinculada a la fe y la religión. Kant examina las expectativas humanas sobre la inmortalidad del alma, la existencia de Dios y la justicia última en su ‘Crítica del juicio’. Aquí, la razón se enfrenta a su propia incapacidad para proporcionar pruebas definitivas sobre cuestiones trascendentales, aunque estas sean fundamentales para la vida humana.

La antinomia de la razón pura Así pues, Kant identifica una serie de antinomias, o contradicciones, que surgen cuando la razón intenta abordar estos problemas metafísicos. Por ejemplo, una antinomia clásica es la contradicción entre la afirmación de que el universo tiene un comienzo en el tiempo y la afirmación de que es eterno. 

Ambas posiciones pueden argumentarse racionalmente, pero ninguna puede comprobarse o refutarse definitivamente.

Estas antinomias ilustran cómo la razón, al intentar comprender lo absoluto, se ve atrapada en contradicciones irresolubles. 

Esto no significa que la razón sea inútil, sino que tiene límites inherentes. Para Kant, la razón puede organizar y dar sentido a nuestra experiencia, pero no puede acceder a verdades absolutas más allá de dicha experiencia.

El rol de la crítica

Entonces, la solución de Kant no es abandonar la razón, sino someterla a una crítica rigurosa para entender sus límites y capacidades. 

De hecho, en la ‘Crítica de la razón pura’, propone un método trascendental que no busca el conocimiento de las cosas en sí mismas, sino las condiciones de posibilidad del conocimiento humano.

 Este enfoque permite a Kant trazar los límites de lo que podemos saber y reconocer las fronteras de nuestra comprensión.

Implicaciones para la filosofía y la ciencia

Por tanto, al reconocer los límites de la razón, Kant abre la puerta a un enfoque más humilde y reflexivo sobre el conocimiento humano. 

La ciencia, aunque sea poderosa en su dominio, no puede responder a todas las preguntas de la existencia.

 La filosofía, a su vez, debe lidiar con la tensión entre la búsqueda del conocimiento y el reconocimiento de sus límites.

En definitiva, Immanuel Kant sugiere que la razón humana está condenada a enfrentarse a problemas que no puede abandonar, pero tampoco puede resolver por completo. 

La crítica kantiana nos invita a reconocer y respetar los límites de la razón, sin renunciar a la búsqueda del entendimiento y la sabiduría.

Un dilema que refleja la naturaleza misma de nuestra condición humana: buscamos respuestas a preguntas fundamentales sobre el conocimiento, la moral y la esperanza, pero debemos aceptar que algunas de estas respuestas pueden estar más allá de nuestro alcance."

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