¿Qué les importa? - Todd Hayen. Counterpropaganda.



¿Qué les importa? - Todd Hayen


Piensa por un momento en lo que realmente te importa. Supongamos que eres un trabajador promedio o una madre en pareja con tres hijos. Tienes una familia, una casa de tamaño medio y dos coches. Uno para que tu marido vaya a trabajar y el otro para ti, para hacer los recados familiares; o al revés, aunque no es tan común, digamos que tú aportas la mayor parte de los ingresos y tu marido "trabaja" en casa.

Digamos que los dos trabajáis, duro y sin descanso, y que cuando llega la Navidad, si es que la celebráis, es una lucha por proporcionar lo que creéis que hará felices, alegres e ilusionados a vuestros hijos.

Digamos que las cosas no van tan bien. Digamos que luchas constantemente para llegar a fin de mes. Digamos que eres realmente pobre para nuestros estándares occidentales modernos. O, al revés, que estás bastante bien. Tal vez vuestros ingresos combinados superen los 200.000 dólares al año. Pero, por supuesto, menos que los millones que se necesitan para ser miembro de la élite. Tal vez tengas un trabajo muy importante, con mucha responsabilidad y muchas gratificaciones.

No demasiado, eso sí, porque si te pasas, podrías estar cerca de poseer la mentalidad, el comportamiento y la visión del mundo de la clase privilegiada. Si estás tan arriba, no encajas en lo que estoy describiendo aquí. Y, por supuesto, dudaría seriamente de que estuvieras leyendo este artículo. Así pues, digamos que encajas en la categoría bastante amplia de "persona en el mundo" que he descrito aquí.

¿Qué es lo que te importa?

Déjame adivinar.

Ante todo, si tienes hijos, te preocupas por ellos. Te preocupas por su salud física y mental. Te preocupas por su comodidad, su educación, sus amigos o si alguna vez corren peligro. A no ser que tengas graves problemas personales, esa es probablemente tu primera preocupación: tus hijos.

Luego, por supuesto, viene tu familia. Tu pareja, tu hogar y tú mismo como parte integrante de tu familia. Te preocupan tus vecinos y tu comunidad. Normalmente te preocupas por tu familia extensa, tus padres, tus hermanos y sus hijos, y por su bienestar.

Una vez tenidas en cuenta esas preocupaciones, puede que pienses un poco en la ciudad en la que vives, la gente a la que llamas tu tribu y el país al que llamas tu casa. Luego puede que te preocupes un poco por el mundo en general. Si hay suficiente agua y comida para los hijos de los demás. Si hay matanzas y destrucción ahí fuera, y cómo de seguros podéis estar tú y tu familia en el mundo. Puede que incluso extiendas tu preocupación al propio planeta, a la salud del ecosistema y a si el clima está fuera de control y puede suponer una amenaza para ti y tu familia en las próximas dos décadas. Te preocupas por los hijos de tus hijos, e incluso por los hijos que los hijos de sus hijos tendrán mucho después de que tú ya no estés.

Y aquí aparece el problema. Tú confías. Confías en que las personas en el mundo que detentan el poder de ocuparse de las cosas que te importan también se preocupan por esas mismas cosas.

Y no es así.

Sí, claro, se preocupan por sus propios hijos (tal vez, pero tengo mis dudas) se preocupan por el agua que beben, los alimentos que comen y la seguridad de la cama en la que duermen bajo el techo de la casa en la que viven. Pero no les importas tú. No les importas ni un pelo. De hecho, les daría igual arrojarte a ti y a tus bebés a una incineradora si eso les ayudara a conseguir sus propios objetivos en el mundo. No les importas.

Entonces, ¿qué quieren y qué les importa?

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