EXTRACTO DEL MANIFIESTO CONSPIRACIONISTA: EL PROYECTO DE GOBERNARLO TODO. Por Counterpropaganda.



EXTRACTO DEL MANIFIESTO CONSPIRACIONISTA:                                                                                                                          EL PROYECTO DE GOBERNARLO TODO.


Hoy en día, cuando se quiere obligar a toda una población a inyectarse una "vacuna", no basta con aprobar una ley.

No se anuncia inmediatamente una ley para luego poner a las autoridades del Estado contra los rebeldes.

Eso no sería moderno.
Y sería contraproducente.

En su lugar, ofreces a los jóvenes que acepten hacerlo por un vale para McDonald's o un día en el parque acuático local.

Llámelos para comunicarles que se les espera en el centro de vacunación y que se les ha reservado una franja horaria.
reservado para ellos.

Uno concede a los pobres un "diploma de conquistador de Covid-19" - ¡sí, sí!

En torno a cada individuo se crea una implacable "presión social" que abarca desde la inundación de nuestros cerebros por las noticias de la televisión, hasta la repetición como un loro de consignas propagandísticas de las colegas del trabajo, al bombardeo en las redes sociales.

A continuación, los recalcitrantes y reincidentes son escupidos, insultados y amenazados con la excomunión.

Y por último, la vida de los indomables está llena de miles de pequeños y sórdidos obstáculos, y miles de pequeñas prohibiciones que no llegan a matarles de hambre.

Están imperceptiblemente alejados de la vida social. En resumen, se les hace desaparecer.

Por supuesto que siguen existiendo en alguna parte, como tantas otras cosas diminutas, pero ya es como si ya no existiesen. Así que no había que hacer cumplir la ley para hacer cumplir la norma. No tenías que forzarlos directamente. Uno les coacciona por su "propia voluntad". Se empezó por sus necesidades, sus hábitos, sus miedos, sus deseos...

Se creó un "entorno favorable". Y no para unos u otros, sino para toda la población y para todos los individuos.

Eso es gobernar: influir estratégicamente en el comportamiento. "Dirigir los comportamientos" ("Conduire les conduites"), como lo formuló Michel Foucault en su obra canónica por lo que no puede ignorarse la metáfora del automóvil. Y los conductores dirigen.

Aquí lo verbal sólo sirve para apuntar a lo no verbal. Similar a la hipnosis. Por cierto, se sabe que conducir un coche induce un leve estado hipnótico.

La razón no actúa aquí como mediadora. Gobernar no significa usar la razón para que la conciencia a su vez someta al cuerpo a su ley, ni tampoco significa llevarlo a la razón.

Sólo se gobierna a súbditos libres.

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