Vespasiano, el emperador que trajo el orden tras el caos.



17 de noviembre de 9. Nace Vespasiano, el emperador que trajo el orden tras el caos.

1º Vespasiano era un “hombre nuevo”, el primero de su familia, junto con su hermano Sabino, en llegar al Senado. De origen Sabino, de familia de recaudadores y prestamistas, pertenecía a la clase “ecuestre”: ciudadanos ricos, pero sin rango senatorial. Fue parte de esas élites provinciales ascendidas bajo los Julio-Claudio: ejerció sus primeros cargos y llegó a senador con Tiberio y progresó bajo Calígula, con quien tuvo buena relación.

2º- El emperador Claudio lo favoreció especialmente: nombrado legado de la Legión II en 41, en 43 participó en la conquista de Britania, reduciendo el suroeste de la isla, importante por sus minas de plata, estaño y plomo, tomando 20 oppidium(pueblos-fortificados). Sus victorias le valieron los “ornamentos triunfales” y el consulado en el 51. Pero caído en desgracia por culpa de Agripina, permaneció retirado hasta que Nerón le volvió a favorecer: en el 63 le nombró gobernador de la importante provincia de África (que junto a Egipto, garantizaba el alimento de Roma y las legiones). Tácito dice que su gobierno fue “infame y odioso” y según Suetonio “recto y honorable”.

3º. A su vuelta hacia el 65-6, acompaño a Nerón en su gira por Grecia. El chisme de que perdió su favor por dormirse en uno de sus recitales, no parece muy probable, dado que en el 66 Nerón le entregó el importante mando, con 3 legiones y muchos auxiliares hasta sumar 60.000 soldados, para reprimir la rebelión judía, donde varios generales romanos habían sido derrotados.

4º.Vespasiano, junto con su hijo Tito, se desempeñó con eficacia en una guerra dura contra un pueblo dispuesto a resistir. Tras desembarcar en abril del 67, aprovechó las disputas internas de los judíos: para el 68, el norte de Judea cayó, y para el 69 se disponía a asediar Jerusalén.

5º. Y en estas, estalló el “Año de los 4 emperadores”: Galba se sublevó contra Nerón, que se suicidó (junio 68). Pero Galba, tacaño como era, se ganó la enemistad general: en enero del 69, las legiones del Rin proclamaron emperador a Vitelio, mientras en Roma, Otón con la guardia pretoriana mataba a Galba y se proclamaba emperador. Vitelio venció a Otón en abril de 69. Vespasiano había reconocido tanto a Galba como a Otón; pero cuando llegaron las noticias del ascenso de Vitelio al poder a Oriente, las legiones de allí proclamaron emperador a Vespasiano, que contó con el apoyo de un antiguo rival: Licinio Muciano, gobernador de Siria. Tito se quedó al frente del asedio de Jerusalén; Vespasiano fue a Egipto, para asegurar sus riquezas y provisiones; y Muciano, con sus 4 legiones sirias, avanzó hacia Roma. Debían ir con cuidado, porque en Roma, de facto como rehenes de Vitelio, estaban el hijo menor de Vespasiano, Domiciano, y su hermano mayor Sabino.

6º. Sin embargo, ocurrió un imprevisto: las legiones del Danubio, entre las que había antiguas legiones de Galba, encabezadas por el ambicioso general Antonio Primo, se rebelaron a favor de Vespasiano e invadieron Italia. Las legiones del Danubio vencieron en la batalla nocturna de Bedriacum a las legiones vitelianas del Rin; pero después arrasaron con saña la ciudad de Cremona. Luego avanzaron hacia Roma, donde Vitelio asesinó al hermano de Vespasiano, Sabino, escapando el joven Domiciano por poco; pero estalló un motín en Roma, que se rindió a las legiones de Antonio Primo. Vitelio fue humillado por las calles de Roma, y ejecutado con saña. En Roma se temía que las descontroladas legiones danubianas saquearan la ciudad... pero justo entonces, Muciano apareció con las legiones sirias, e impuso el orden.

7º. Vespasiano tenía ante sí una dura situación: la deuda era de 4 millones de sestercios, tras el reinado de Nerón, la revuelta judía y la guerra civil. Por poner las cifras en perspectiva, Augusto dejó al morir 100 millones en las arcas, y Tiberio, 2.100. Gravó impuestos a todo: los más notables, el impuesto a la orina que se recogía para los tintes, y a las prostitutas (a razón de moneda por coito). Cuando su hijo Tito se quedó por ello, Vespasiano le puso una moneda bajo la nariz y le preguntó si olía a orina. Tito dijo que no, y Vespasiano le espetó: “Pecunia non olet”, “El dinero no huele”, como queriendo decir “¡Estamos arruinados, que más dará de donde salga el dinero!”. Y aunque las finanzas imperiales estaban en la ruinado, dado que la guerra civil había sido breve y circunscrita a áreas muy concretas (Galia y norte de Italia), la economía del Imperio no estaba en exceso afectada, y la política fiscal de Vespasiano permitió rehacer las finanzas imperiales: la recaudación aumentó a más de 1.200 millones de sestercios anuales.

8º. Su política interna siguió las líneas de Augusto: extensión de la ciudadanía romana (en especial en Hispania), incorporación de las élites provinciales (en especial, hispanos y galos), construcción de edificios (el Coliseo y el Arco de Tito son los mejores ejemplos), fundación de colonias, etc. La relación con el Senado fue muy buena (después de cuatro emperadores anti-senatoriales como Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón). Pero ello oculta su clara política dinástica: él y sus dos hijos acapararon el consulado, y Tito quedó asociado al poder como futuro heredero.

9º. En política exterior, su hijo Tito tomó Jerusalén (70) y Vespasiano exaltó el hecho de forma desmesurada para reforzar su propia dinastía (de hecho la guerra judía no terminó hasta el 73). Por las mismas fechas hubo de hacer frente a la importante rebelión de los bátavos, pueblo germano de lo que hoy sería Bélgica-Holanda, que actuaba como auxiliar de las legiones, y en la que se hubo de invertir importantes esfuerzos. También hubo tensiones con los partos. Y continuó la expansión imperial en los llamados “Campos decumates” (territorios entre el Rin y el Danubio), así como en Britania, donde el general Petilio Cerial (el que venció a los bátavos) y luego Cneo Julio Agrícola, continuaron sometiendo Britania. Finalmente, unas ciudades, regiones y reinos, antes sometidas a Roma pero auto-gobernadas, fueron reducidas a provincias.

10º. A Vespasiano no se le subió el poder a la cabeza: continuó siendo un hombre sencillo y poco pagado de si mismo, con ese humor socarrón que, como en otros aspectos, recordaba al de Augusto, y que conservó hasta el mismo final: habiendo contraído una inflamación intestinal que derribó en una aguda diarrea, y al sentirse morir, ordenó que lo pusiesen en pie; y en referencia a la costumbre de divinizar o convertir en dioses a algunos de los miembros de la anterior dinastía (Julio Cesar, Augusto, Tiberio, Livia, Antonia, Claudio), dijo: “Vae, puto deus fio” (“Vale, creo que me vuelvo dios”)... con la túnica llena de mierda.


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Atentamente, el autor ©Jose Miguel Delgado Valerio.

Fuentes clásicas: “Anales” e “Historias” de Tácito; “Vida de los Doce Césares” de Suetonio, “Historia romana”, de Dion Casio. “Antigüedades Judías” y “la guerra judía” de Flavio Josefo.

Fuentes modernas: “Roma” de Javier Cabrero y Félix Cordente. “Los Flavios” de F.J. Lomas, serie Historia del Mundo Antiguo nº 49 de Akal.

En las imágenes: Vespasiano. Autor: shakko (Wikipedia Commons)


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