"Hace un año, en aquel sombrío noviembre de 2021 en el que el infierno se había vaciado y todos los demonios estaban en suelo itálico, un hombre de 80 años tomó un tren con un billete reglamentario.
Un diligente revisor le obligó a bajar porque carecía del distintivo verde.
El hombre confundido caminó por las vías y fue arrollado por otro tren.
Ese revisor está siendo juzgado por abandono de incapaz y consecuente muerte.
Faltaría más.
Esta es la inhumanidad a la que ha llegado el ser humano en nombre de la ciencia.
Ahora muchos querrán pensar que esto es sólo un caso extremo, pero lamentablemente no es la realidad.
Se trata simplemente de un acontecimiento que llegó a las noticias y que, por tanto, se relata.
Pero es sólo un ejemplo del abismo de inhumanidad en el que ha caído el hombre en los últimos 33 meses.
Enfrentar la realidad del abismo humano en 2020-22 es algo de lo que no podemos prescindir."
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