EL QUE VIVE Y CREE EN MÍ, NO MORIRÁ ETERNAMENTE.. Por Carlos. Mastral.


Por Carlos Mastral.

"EL QUE VIVE Y CREE EN MÍ, NO MORIRÁ ETERNAMENTE.

Muy buenos días a todos. Espero que todos uds. ya hayan rezado a sus seres queridos.

Empecemos hoy con un poco de historia para recordar a todos aquellos que ya no están con nosotros.

Por qué se le llama "el día de Todos los Santos"?

Lo primero, tened claro, hermanos, que Santo es todo aquel que ya disfruta de la presencia de Dios, que ya está en el Cielo, aunque "La Iglesia Católica" aún no le haya canonizado.

Y vamos con la historia: La primera noticia que se tiene del culto a los mártires es una carta que la comunidad de Esmirna escribió a la Iglesia de Filomelio, comunicándole la muerte de su santo obispo Policarpo, en el año 156. Esta carta habla sobre Policarpo y de los mártires en general. Del contenido de este documento, se puede deducir que la comunidad cristiana veneraba a sus mártires, que celebraban su memoria el día del martirio con una celebración de la Eucaristía. Se reunían en el lugar donde estaban sus tumbas, haciendo patente la relación que existe entre el sacrificio de Cristo y el de los mártires.

Ante la imposibilidad de tener un día para cada santo o tener cientos de santos por cada día, por el desconocimiento de todos aquellos a los que Dios ha llamado a su vera a lo largo de los tiempos, y después de la persecución (y masacre) por parte del Emperador Diocleciano de los cristianos, la iglesia antigua decidió un día para recordar a todas aquellas almas que ya no están con nosotros.

No siempre el Día de Todos los Santos ha caído en la misma fecha: no fue hasta el siglo VIII cuando el papa Gregorio III la fijó el 1 de noviembre en respuesta a la celebración pagana del Samhain (el Año Nuevo Celta), que se celebraba la noche del 31 de octubre, de donde proviene la basura de celebrar a las brujas del Halloween actual, aunque no así el nombre que viene de All Hallows' Eve (víspera de Todos los Santos). Fue el papa Gregorio IV quien, en el siglo IX, extendió esta fiesta cristiana a toda la Iglesia.


Y después de la cortita historia, una profunda reflexión de mi querido amigo Mariano Jesús Mingo:

LOS AUSENTES.

"Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" Juan 11, 26.

"Recordad que ellos, aunque en nuestra inexacta percepción humana los tomemos por ausentes, son ahora luz y como la luz se cuelan grácilmente a través de cualquier resquicio para seguir habitando nuestras casas, nuestras vidas y nuestros diarios afanes.

Recordad que nos protegen, que pasean entre nosotros, que rozan con la punta de sus dedos de luz las fotografías en las que nos detenemos a revivirlos e impregnan de su amorosa presencia la ropa que nos llevamos al rostro en un inútil intento de retener aquello que no se fue.

Recordad que no les agrada que les lloremos porque ellos no más serán llanto sino eterna alegría porque ahora viven todo el tiempo en la Alegría.

Que no les gusta que suframos porque ellos no más serán sufrimiento sino infinito amor porque ahora viven todo el tiempo en el Amor.

Sí agradecen, empero, la oración y el recuerdo que se substancia en inquebrantable esperanza, y las flores y las ventanas abiertas de par en par al sol, a la algarabía de los niños jugando fuera y a todas las cosas propias de su nueva esencia, ahora que son Luz y Alegría, ahora que son por fin." (Mariano Jesús Mingo)

Recemos, pues, por los que nos faltan y regocijémonos porque ya están viendo a Dios.

Amén."

NNDNN. ⚔️❤️⚔️

Comentarios