Sobre Bastet, diosa egipcia.



Decían que era Bastet hija de Ra o Atum, y su madre podía ser Hathor o a Tefnut, pero sabemos que las paternidades nunca fueron muy claras en la mitologia. A veces forma tríada con Atum o Mahes «El León de Mirada Feroz» como esposos, y con Horhekenu como hijo. Aunque su culto se remonta al Imperio Antiguo, cuando se creía que era la madre del faraón, a quien le brindaba su ayuda y protección, se volvió más popular con el tiempo y se ganó menciones en los Textos de las Pirámides y el Libro de los Muertos.

Bastet también era la protectora de las embarazadas y los nacimientos, y se encargaba de mantener alejada a las enfermedades y los malos espíritus. Sin embargo, tal como el gato que la representa, era algo impredecible, y a pesar de ser una diosa pacífica, cuando Bastet se enfadaba, se liberaba la fiera que llevaba dentro y su ira podía llegar a ser feroz. En su aspecto guerrero, era una leona de piel color verde, asociándose a la luz del sol.

En su honor se construyó la ciudad de Bubastis (hoy Zagazig) y desde allí proceden los cientos de gatos momificados que conocemos hoy. Los gatos eran criados en los templos dedicados a Bastet, y al morir, eran momificados enterrándolos en tumbas específicas para ellos. Podemos encontrar necrópolis felinas en Bubastis, Saqqara, Tanis, Beni Hassan y Tebas.

Dentro de los ritos dedicados a Bastet, estaba la “La Fiesta de la Embriaguez” en Bubastis, donde se bebía y bailaba en su honor, lo que evitaba que la diosa se volviera una leona enfurecida y tomara represalias.

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