DEJEN EN PAZ A LOS NIÑOS
(Martin Sánchez / Reflexiones desde la trinchera)
Comienza el curso escolar, los niños regresan a las aulas, esta vez por fin sin bozal, pero con la incertidumbre para muchos padres, sobre qué nuevas maldades se encontrarán este año, porque la agenda 20-30 sigue su curso, y los oscuros no descansan.
Nadie debe olvidar, que durante dos años y medio, en los centros educativos de este país, millones de niños, han sido torturados sistemáticamente, obligándoles a obstruir sus vías respiratorias, impidiéndo su relación normal con el resto de compañeros, coaccionandoles para la inoculación de la vacuna covid, y sometiéndoles a una presión psicológica constante e inhumana.
Todo en nombre de la ciencia, de la seguridad, de la responsabilidad, todo impuesto por un sector docente, absolutamente despreciable, que salvo raras y honrosas excepciones ha cumplido a raja tabla las ordenes de este estado corrupto y genocida al servicio de la industria farmacéutica, y de la mafia usurera internacional.
Pero a estas medidas “sanitarias”, tenemos que añadir los no menos aberrantes, planes de educación actuales, el lenguaje inclusivo, la ideología de genero y toda esa retahíla de disparates inventados por mentes altamente contaminadas y abyectas, cuyo objetivo es lavar el cerebro de los más pequeños, para convertirlos en futuros seres desequilibrados, trastornados, e incapacitados para una vida emocionalmente sana.
La implementación de la llamada asignatura “afectivo-sexual”, presente ya en algunas comunidades, para niños de 6 años en adelante, (primero de primaria) es una clara muestra del despropósito y la absoluta ausencia de sentido común, de la administración, de los ministerios de educación e igualdad, y de todos los ideólogos de esa doctrina delirante y enferma, con la que pretenden adoctrinar a nuestros menores.
Una sociedad que no protege a su infancia, es una sociedad enferma y miserable, los niños representan la inocencia, la esperanza y el futuro de la especie, los adultos tenemos el deber de preservar sus derechos y protegerles de cualquier agresión externa, física o psíquica.
El globalismo nos ha declarado la guerra, a todos aquellos que defendemos la identidad biológica y natural del ser humano, la familia, la infancia, la vida….y a todos los que promovemos valores inquebrantables como el respeto, la lealtad o el honor, una guerra psicológica, una guerra emocional, una guerra de la información, una guerra que ganaremos solo aquellos que estemos dispuestos a desobedecer, a plantar cara y a defender nuestros principios hasta las últimas consecuencias, con valentía y decisión, en el nuevo paradigma no hay espacio para los cobardes, que cada uno decida su camino, pero recuerden que cada decisión conlleva una renuncia y cada acto tiene unas consecuencias.
Un abrazo a todos los valientes, disidentes, antiglobalistas del planeta, energía y Rock and roll, la cabeza alta y la cara descubierta siempre!!!!
Mártin Sánchez 12-09-2022
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