Durante décadas hemos estado sometidos a una meticulosa labor de ingeniería social, cuyo único objetivo ha sido destruir esa fuerza y coraje que todo ser necesita para luchar por su libertad.
Esta destrucción ha sido el logro del poder que nos ha seducido y sometido, desde hace mucho tiempo.
Utilizando técnicas emocionales, articuladas con astucias malévolas, motivados por una desmesurada codicia y una perversa deshumanización, se han acercado a su ansiada meta:
El total sometimiento de la especie humana.
Pero sus astucias depredativas, aun yendo disfrazadas, son cada vez más perceptibles para quienes, dotados de sinceridad, gozan de un carácter audaz y un sano apetito indagativo.
En estos tiempos decadentes estas cualidades son necesarias.
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Vamos a necesitar honestidad y coraje para detener esta locura.
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