Coronavirus: manipulación extrema desde las más altas esferas del poder. Por Fernando Vizcaino.

 

Coronavirus: manipulación extrema desde las más altas esferas del poder

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Coronavirus: manipulación extrema desde las más altas esferas del poder

Comenzaré planteando la siguiente cuestión:

Si a raíz de la aparición del coronavirus, la excusa para privar de sus derechos y libertades más básicas a la práctica totalidad de la población mundial, es la de que debemos sacrificarnos para proteger la vida de las personas mayores o con patologías….

¿Por qué no se han limitado a aislar solamente a estas personas y a sus cuidadores, en lugar de hacerlo con todos aquellos que no corremos peligro en caso de contraer la enfermedad? Más aun cuando, lo que están haciendo, no solamente atenta contra nuestros derechos y libertades, sino contra nuestras economías y las de los países que habitamos….

Si nos detenemos a reflexionar acerca de ello resulta completamente ilógico verdad?

Si su preocupación fuese realmente la vida y el bienestar de la gente, habrían adoptado la medida de aislar solo a las personas con verdaderos factores de riesgo. No hace falta ser ningún genio para darse cuenta de que ésta sería una solución que apenas tendría repercusiones negativas sobre nuestros derechos fundamentales y sobre nuestra economía y la de los países que habitamos.

Sin embargo nos están aislando a todos, y para conseguir que nos sometamos a sus designios dócil y voluntariamente, están usando los medios de comunicación para manipularnos a base de inocularnos dos elementos básicos: la culpa, y el miedo.

la culpa la disfrazan de sentimiento de responsabilidad. Nos dicen “Debéis de ser responsables; no debéis salir de vuestras casas para no contagiar a personas que sí correrían peligro de muerte al contraer la enfermedad”.

El miedo… Cuándo se ha visto a la población del país salir a la calle con mascarillas preocupada por coger una simple gripe o un resfriado? O con miedo a tocar objetos por la calle y completamente obsesionada por lavarse las manos y a saber que más cosas al llegar a casa?

De esta forma incluso consiguen que las personas se conviertan en la policía de otras personas, recordándoles en todo momento cuál es su deber como buenos ciudadanos: el sueño de todo estado policial! Un estado en el que las personas, manipuladas y apelando a un absurdo sentimiento del deber, reprenden a aquellas otras que no siguen el camino del pensamiento único trazado por sus gobernantes.

Y si no haces lo que la masa ya manipulada considera correcto, te conviertes en un mal ciudadano y una mala persona. Tienes que callarte y ocultar tu opinión por muy razonable que sea porque estás rodeado de personas cuyo cerebro ha sido lavado. De esta manera el gobierno consigue su objetivo represor sin ni tan siquiera tener que usar a las “fuerzas de seguridad” para tal fin. El día que alguien diga “vamos a revelarnos, salgamos todos a la calle a exigir nuestros derechos”, los primeros que le caerán encima serán sus familiares, amigos y vecinos. Una jugada maestra!

Los datos al respecto no dejan lugar a la duda. No hay razón para tener más miedo a contraer el coronavirus que una gripe. En un artículo publicado en consalud.es a día de hoy 20 de marzo se ofrece la siguiente información: “Según los datos disponibles la media de edad de los fallecidos como consecuencia del coronavirus en España se sitúa entre los 78 y los 80 años. Todos con patologías previas que se han visto agravadas como consecuencia de la infección del virus. El 33% de los contagiados por COVID-19 en nuestro país tiene más de 65 años de edad, de ellos, el 18% tiene más de 75 años y el 32% son enfermos graves con neumonía. Cabe señalar que además, hasta el momento, ha habido tres fallecidos menores de 65 años”.

La media de edad de los fallecidos como consecuencia del coronavirus en España se sitúa entre los 78 y 80 años. El resto tenemos unos síntomas leves, incluso mucho más leves que los de una simple gripe. Sin embargo la gente está acojonada. Toses por la calle y se cambian de acera; muchos tienen miedo a la proximidad de otras personas; la gente ya no quiere tocarse o besarse; la gente tiene miedo a tocar objetos… El grado de paranoia que nos están inoculando es terrible y absurdo. Ese es el poder de los políticos y medios de comunicación. Crean problemas de la nada o los exageran hasta hacernos creer que el mundo es del color que a ellos les interesa que creamos. Luego la población hace el resto llevada por la paranoia que va desarrollando progresiva o incluso súbitamente, dependiendo del carácter y capacidad de sugestión de cada sujeto en particular.

En el mundo mueren anualmente unas 650.000 personas por causa de la gripe. ¿Nos encierran en casa los gobiernos de los países para que no nos contagiemos unos a otros? Ya sabemos que no. El 18 de marzo se contaban en el mundo 8733 víctimas mortales a causa del coronavirus y en muchos países están tomando la medida de encerrar a los ciudadanos en sus casas para evitar contagios. Es decir que, a lo largo de estos tres meses, mientras que por coronavirus no llegamos a las 10.000 defunciones, por la gripe rondaran 162.000. Por cada persona que ha fallecido este año por coronavirus, han fallecido ya 16 por gripe!

6 millones de personas mueren cada año en el mundo como consecuencia de enfermedades cardiovasculares y afecciones pulmonares originadas por el consumo de tabaco. En lo que va de año llevamos 11.000 muertes por coronavirus, mientras que por tabaquismo habrá muerto un millón y medio de personas. Lo que significa que por tabaquismo habrán muerto en lo que va de año, la friolera de 136 personas por cada una que lo ha hecho por coronavirus. Todavía no he visto a los gobiernos de ningún país encerrando a la población en casa para que no puedan salir a comprar tabaco. Lo que sí he visto es como estos gobiernos se lucran vendiéndonoslo y como las compañías farmacéuticas hacen lo propio vendiendo las «medicaciones» correspondientes para, teóricamente, mitigar las enfermedades provocadas por su consumo.

Dicho todo esto, puede llegarse a la conclusión de que las medidas que están tomando los gobiernos resultan absurdas, cuanto menos en lo que al problema con el coronavirus se refiere. Como veremos más adelante, no son para nada absurdas para otros fines mucho más oscuros. Si realmente quisieran proteger a la gente, insisto en ello, aislarían solo a las personas que entrañan verdadero riesgo de contagio así como también a sus cuidadores o personas que deben convivir con ellos. Y al resto nos dejarían seguir con nuestras vidas y, entre otras cosas más, también nos dejarían continuar trabajando; vale decir, generando ingresos y no solo gastos. Y por supuesto que, dejando de inocular el miedo en la población y aislando a las personas de riesgo, se solucionaría también el problema del colapso de los hospitales que ellos mismos han provocado al no tomar medidas con anterioridad.

A largo (y a corto) plazo, las consecuencias de las medidas tomadas por los gobiernos, van a resultar devastadoras para la población mundial primeramente en el nivel laboral y económico, y posteriormente en muchos otros niveles.

La pregunta que cabría hacerse entonces es la siguiente: ¿Por qué los gobiernos están tomando medidas que resultan absurdas, dado que podrían tomar otras como las ya mencionadas, que no contribuirían ni a atentar contra la libertad de las personas ni a destruir la economía de los propios estados que gobiernan?

Sencillamente porque los gobernantes de los países no trabajan para los países que gobiernan ni para sus habitantes, sino para los que en realidad son sus verdaderos jefes: los dueños de los bancos y grandes corporaciones internacionales, ya que estos son 1) quienes los financian y apoyan mediáticamente para llegar a sus puestos de poder -o los corrompen si se da el caso de que el partido electo no resulta ser aquel por el que ellos habían apostado- y 2) quienes, como no podría ser de otra manera, serán los grandes beneficiarios de la crisis económica que está en ciernes gracias a la entrada en escena del coronavirus y la subsiguiente manipulación poítico-mediática.

Para entender mucho más ampliamente lo que voy a explicar a continuación acerca de la relación directa entre los dueños de los bancos y grandes corporaciones internacionales y los gobernantes de los países (y políticos en general, sin importar sus presuntas ideologías), dejaré abajo, junto a los links de todas las fuentes que he usado para escribir este artículo, otros dos links correspondientes a dos documentales de trascendental interés público que encontraréis en youtube: “El dinero es deuda” y “Zeitgeist”.  Les recomiendo encarecidamente que los vean, escuchen, y razonen con mucha atención.

Por increíble que pueda resultar para aquellos que ignoran lo que voy a decir a continuación, sucede que ni los países ni sus gobernantes tienen la potestad de inyectarse dinero a sí mismos: deben comprar ese dinero a los bancos internacionales. Y digo “comprar” porque, este dinero, conlleva siempre intereses. Por tanto el mayor interés de la banca internacional, es el de que los países sufran pérdidas o se vean obligados a realizar inversiones que les obliguen a pedir préstamos lo más cuantiosos posibles.

Sin embargo, a los dueños de estos bancos no les importa el dinero en intereses que puedan generar sus préstamos, porque ellos tienen la potestad de crear todo el dinero que deseen. Lo que interesa a estos banqueros es el poder que obtienen cuando los países entran en deuda con ellos porque, de esta forma, pueden exigir a sus gobernantes que hagan todo aquello que les convenga. Siendo esta la causa de que los verdaderos gobernantes de los países no sean sus políticos electos, sino dichos banqueros. Es decir que, cuando los ciudadanos de los países votan, sin importar a qué partidos políticos voten, en realidad están entregando el poder siempre a unas mismas personas que nunca son sustituidas por otras. Esta es la gran farsa llamada democracia, que no es sino el que es denominado como sistema capitalista. El sistema capitalista no es, pues, sino un régimen totalitario y dictatorial encubierto bajo la bandera democrática, que hace creer a la ciudadanía mundial ser libre para elegir a sus gobernantes cuando realmente no es así. Las rencillas entre partidos políticos e incluso diferentes países es tan solo un teatro para engañar y enfrentar al pueblo entre sí porque, al final de la corrida, independientemente de quien salga electo, sus verdaderos gobernantes en la sombra van a ser siempre los mismos: lo dueños de la banca internacional.

Hasta ahora, el mejor modo que habían encontrado estos banqueros para conseguir que los países pidieran grandes prestamos económicos eran, entre tantos otros de menor calibre, las guerras.

Los países necesitan capital para fabricar o comprar armas y para reparar los colosales destrozos causados por las guerras. Y es entonces cuando acuden a estos bancos/corporaciones para pedirles inyecciones de capital que, al ser entregadas con intereses, generan deudas que nunca pueden ser pagadas. Y es entonces cuando estos banqueros y las grandes corporaciones que poseen se apoderan de los bienes de las naciones a un costo muy bajo. Es decir que, en la medida que un país se endeuda con estos bancos, pasa a ser un país esclavo. Y qué decir de sus habitantes…

Las guerras, sin embargo, limitan a estos banqueros a empobrecer tan solo a las naciones que se ven involucradas en ellas.

Ahora bien, si en lugar de provocar guerras, descubren que pueden obtener resultados muy superiores «soltando» un virus que afecte a todas las naciones del mundo y usando los medios de comunicación para hacer entrar en pánico a la población mundial… Por qué no iban a hacerlo?

Esta es la gran jugada maestra de los dueños de los bancos y grandes corporaciones internacionales para ampliar su dominio y control sobre la población mundial. Y de momento no están encontrando resistencia alguna por nuestra parte, ya que la gran mayoría de nosotros ignoramos todo lo que en este artículo ha sido revelado, y estamos por tanto cayendo en las manipulaciones que ellos están orquestando, usando para este fin a sus principales lacayos: los políticos y los medios de comunicación más importantes e influyentes del planeta.

Por último añadir que, los planes de globalización que durante tanto tiempo están tratando de imponer en el mundo, que no consisten sino en crear un único gobierno mundial dirigido por ellos a través del cual facilitar todas sus pretensiones, van a avanzar a pasos de gigante gracias a la crisis del coronavirus que, pocas dudas me caben al respecto viendo el modus operandi empleado por los gobiernos de los paises para enfrentarla, ellos mismos han provocado vil y premeditadamente. Pues preveo que van a utilizarla para vendernos la idea de que necesitamos centralizar el poder en un solo gobierno para facilitar que, en un futuro, ante nuevos acontecimientos de esta índole, el mundo pueda actuar como un solo ente para enfrentar los problemas con una efectividad mucho mayor. Y para ello se necesitará, cómo no, a ese gran gobierno mundial centralizado.

De nosotros depende despertar nuestra consciencia global, y dejar a un lado nuestras absurdas diferencias para enfrentarnos a la tiranía a la que hemos sido sometidos durante décadas; la cual nos ha llevado al extremo de terminar confinados en nuestras casas; unos por temor a sufrir el contagio de lo que no pasa de ser una simple gripe, y otros por temor a las represalias del que ha terminado convirtiéndose en un estado policial de carácter internacional.

Si no somos ahora capaces de revelarnos contra semejante engaño, maltrato, abuso de poder, y pérdida de nuestros derechos y libertades más fundamentales, auguro el peor de los futuros para la humanidad.

Usen la cabeza, piensen al respecto de lo que aquí se dice, y focalícense en descubrir quiénes son sus verdaderos enemigos. Porque no lo son ni los simpatizantes de derechas ni los de izquierdas, no lo son ni los hombres ni las mujeres, no lo son ni los nativos de los países ni los inmigrantes que llegan a ellos buscando nuevas oportunidades, tampoco lo son ni los blancos ni los negros, ni los católicos ni los musulmanes, etcétera. Ni siquiera lo es el coronavirus. Nuestros verdaderos enemigos son aquellos que financian el gran teatro político mundial y controlan los medios de comunicación para hacer que nos temamos y enfrentemos los unos a los otros mientras ellos se descojonan y llenan los bolsillos a costa de nuestro trabajo y sufrimiento. Ellos son los verdaderos opresores.

Compartan estas palabras, por favor. Unámonos y hagamos de una vez por todas que esto termine. Si la excusa para mantenernos encerrados es la de proteger a las personas de mayor riesgo respecto al coronavirus, lo tienen fácil: que las aíslen solo a ellas y al resto devuelvan su legítima libertad

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