UNA EXPLICACIÓN DE PORQUÉ LA GENTE NO REACCIONA ANTE LAS BARBARIDADES QUE ESTAMOS VIVIENDO

UNA EXPLICACIÓN DE PORQUÉ LA GENTE NO REACCIONA ANTE LAS BARBARIDADES QUE ESTAMOS VIVIENDO.

De redes:

RESURGENTE 2020.

"La experiencia básica de la unión humana, que se realiza políticamente en un gobierno totalitario, es la experiencia del abandono", escribió Hannah Arendt en 1951 en "Elementos y orígenes del gobierno total".

Diagnosticó la soledad y el aislamiento de la gente como una condición para que el régimen totalitario gane aceptación y aceptación en absoluto. La falta de apego y de patria de los alemanes después de la Primera Guerra Mundial, con todos sus síntomas como la desorientación y los sentimientos de impotencia, fue el caldo de cultivo ideal para el creciente atractivo de las principales ideologías y, en última instancia, para la toma del poder por parte de los nazis.

Hay que decir que hoy en día no hay mucha menos desorientación, inseguridad y soledad entre las personas. En tiempos de Corona, los sentimientos de distancia, aislamiento, miedo e impotencia se han multiplicado significativamente. También los mecanismos de exclusión son - ya sea a través de reglamentos de cuarentena, restricciones de acceso, reprimendas o difamación y amordazamiento - nuevamente fenómenos omnipresentes.

Sin embargo, para la persona promedio, nada es más difícil de soportar que la sensación de no pertenecer a un grupo más grande. Incluso si se es más bien crítico con un punto de vista, a menudo se prefiere no contradecirlo si se corre el riesgo de excluirlo de un grupo. Uno podría, como escribió Erich Fromm en 1941 en "El Miedo a la Libertad", observar en ese momento con qué frecuencia incluso personas que no eran nazis defendían al nazismo contra la crítica porque sentían que un ataque al nazismo era un ataque a Alemania. Hoy en día, muchos sienten que un ataque a las medidas de Corona es un ataque a nuestra sociedad - a la legitimidad del gobierno o del estado como tal o a toda la mentalidad del espíritu de la época a la que uno siente que pertenece.

Cualquier crítica al propio grupo sólo refuerza la lealtad hacia él, incluso entre aquellos que aún no se han identificado completamente con él, pero que están vacilando. Hoy en día, ya no se trata de una lealtad a la nación o al pueblo, sino a la clase de los normales y los permitidos, a la clase acomodada de la época y a la corriente principal de los medios de comunicación, que se caracteriza por los pronunciamientos siempre iguales de los siempre iguales establecidos y establecidos.

Quien se siente parte de esta clase social con su mentalidad y visión del mundo, quien tiene un hogar espiritual en ella, no quiere ser expulsado de ella. Sin embargo, esta necesidad reduce el espectro de lo que se critica seriamente y puede utilizarse, por tanto, como medio de potencia y estabilización.

Como Fromm sabía, el miedo al aislamiento de cualquier partido ayuda a ganar a una gran parte de la población una vez que ha llegado al poder. Por lo tanto, la técnica de aislamiento moral o real y la expulsión de la sociedad es un medio de estabilizar el poder del partido gobernante.

La apelación a las emociones, junto con el miedo y la intimidación, hace que la gente se entusiasme o sea seguidora de la "buena causa" y defensora inconsciente de la nueva normalidad."