MALA EXPERIENCIA EN RISTORANTE IL COMENDATORE.
NUNCA MÁS VOLVEREMOS.
Restaurante Il Comendatore.
Calle Urgel 154, Barcelona.
Ayer tuvimos una muy desagradable situación en este restaurante de Barcelona, que conozco desde hace más de cuarenta años, cuando fuimos a comer. Después de esperar quince minutos —pues no había mesas disponibles debido a las distancias de seguridad impuestas por la normativa anti-COVID (medidas que otros restaurantes ni terrazas aplican)—, al sentarnos en la mesa el metre nos indicó que debíamos pedir con el código QR. Le dijimos que no teníamos la aplicación, y nos contestó que, por la pandemia, no podían darnos la carta en papel. Le respondí que llevábamos esperando un buen rato y que lo que nos exigía NO CONSTABA POR ESCRITO EN LUGAR ALGUNO a la entrada, pues de haberlo sabido, no nos habríamos quedado. De forma poco profesional nos respondió que era por la pandemia, que lo decían por televisión y que no había otra forma. Cuando le insistí, él, de mala manera, se marchó diciendo que no "quería discutir", dejándonos tirados y sin servicio.
Evidentemente, ante tal desprecio y falta de educación, nos fuimos PARA NO VOLVER NUNCA MÁS. Y les aseguro que el boca a boca funcionará entre quienes, en Barcelona, defendemos la VIDA, la LIBERTAD, la DIGNIDAD HUMANA, y estamos en contra de esta falsa pandemia y de las criminales medidas que se están implantando en ese y otros establecimientos de servicio público. Sobre todo, estamos en contra de la mala educación y el desprecio hacia los clientes, que en definitiva son quienes pagan.
La casi totalidad de los españoles, carentes de dignidad alguna para defender su vida, su libertad, la de sus padres y la de sus hijos, se han acostumbrado, con este cuento de la pandemia, a aceptar lo que les echen y lo que les ordenen sin rechistar. Y ASÍ ESTÁ ESPAÑA, Y ASÍ ACABAREMOS.
Para finalizar, quiero recordar a aquellos que están en contra de esta conspiración criminal que no cedamos. Que cuando vayamos a un restaurante o a cualquier otro local no utilicemos los códigos QR ni la tecnología móvil, y que, a la hora de pagar, lo hagamos siempre en efectivo. Todo lo que no sea eso es colaborar con quienes están a un paso de esclavizarnos del todo.
Carlos Garcés.
¡Qué falta profesionalidad y de respeto! Tarde, mal y nunca.
ResponderEliminarHicisteis bien en abandonar el local con la intención de no volver; cuando no tengan con qué sufragar los gastos, que reclamen al maestro armero. No debemos facilitarles nada que vaya en detracto de nuestro interés humano. Ya aprenderán, aunque me temo que parte de la población son y seguirán siendo partidarios del: sí, bwana.
Triste proceder...
Así es Merche.
EliminarEsta publicación círculó por Barcelona y te aseguro qué más de un cliente han perdido.