EL CORONAVIRUS Y EL ABORTO A DOMICILIO. SE SIGUEN CUMPLIENDO LOS CRIMINALES PLANES DEL NOM ANTE LA PASIVIDAD Y SILENCIO DE LA INMENSA MAYORÍA.

Hola, Carlos.

Hemos comentado en algún Brief anterior el papel que están jugando los abortorios en relación con la epidemia y el protagonismo privilegiado que sigue concediéndoles el Gobierno de Sánchez&Iglesias.

En lugar de poner al servicio de la vida, de la lucha contra la Covid-19, todos sus recursos, los abortorios han obtenido de Sánchez un trato privilegiado para seguir ampliando el negocio de exterminar embriones humanos.

Ya no se trata solo de que su mortífera actividad sea considerada “esencial” por el Gobierno español. Aprovechando el coronavirus, los abortorios también están promoviendo el aborto casero por procedimientos químicos.

Como según el Gobierno se trata de una actividad esencial, el decreto del estado de alarma permite acudir al abortorio sin ningún problema. Pero eso no les basta a los que se enriquecen con las muertes de embriones humanos, quieren más.

Y así se ha lanzado en muchos países una campaña de promoción del aborto químico a domicilio, sin supervisión médica, ni precaución sanitaria de ningún tipo.

Los mataderos de embriones se encargan de hacer llegar a domicilio un “kit de abortar” para que cualquier mujer pueda practicarse un aborto en su casa.

El margen de seguridad de esta operación es, como puedes suponer, inexistente. La consideración de riesgos y efectos secundarios, nula. Y la posibilidad de que recurran a este procedimiento menores de edad, infinita. Al fin y al cabo los matarifes garantizan la confidencialidad. Lo que haga falta para proteger su negocio.

La entrevista que te adelanta hoy Actuall aborda la expansión del negocio del aborto a la sombra del Covid-19.

En el enlace que te dejo a continuación podrás leer las declaraciones de Nicolás Morás, presidente de la asociación argentina Libertad y Equidad, quien sostiene que “Soros aprovecha la pandemia para impulsar la agenda abortista”.

Te tengas un muy sano fin de semana, Carlos.