EL CORONAVIRUS, LA CONDENA A MUERTE DE LAS PERSONAS MAYORES.


No nos engañemos, esto no está pasando solo en Navarra:

No admiten enfermos que superen determinada edad aun en el caso de que pudieran curarse
Esta coyuntura ha sido confirmada también por fuentes médicas, que han subrayado que en la Unidad de Cuidados Intensivos no entra ningún paciente con coronavirus de edad avanzada, aunque tenga un pronóstico que haga prever que pudiera salvarse. (Las UCI de Navarra no aceptan a pacientes infectados con coronavirus si son mayores de 79 años)
Y no solo eso porque “entre los 60 y los 75 años, su entrada en la UCI depende de su estado de salud”.
Se está condenando a muerte (o algo muy parecido) precisamente a las personas que más padecen esta enfermedad, justo aquellas para las que resulta mortal.
El senicidio o gerontocidio es abandonar a los ancianos a la muerte, al suicidio o al asesinato. La literatura y la documentación histórica nos hablan de pueblos que tenían como costumbre sacarse expeditivamente de encima a viejos y enfermos. Esto, desde la antigüedad germana hasta tiempos más recientes, en partes de la India, Japón, Cerdeña o con los famosos Inuit, los esquimales.
Lo que tuvieron en común esos senicidas fueron sus condiciones de carestía extrema. De vida o muerte para el conjunto de la tribu. ¿Hemos llegado a este extraordinario estado del bienestar para que aceptemos la posibilidad de sacar lastre con nuestros parientes ancianos
¿Qué mierda de prosperidad y de “civilización” es esta? 
Y, todo ello, después de intensos debates y polémicas sobre regular un derecho a la Eutanasia que, en muchos casos, sería un chantaje moral a gente mayor a la que se le pondría irrechazablemente fácil que dejaran paso.
Por lo menos los esquimales creían que no los enviaban a la muerte y la desaparición, sino a la “otra” vida. No tenemos ni esta excusa. (Teresa Giménez Barbat: Los esquimales y sus ancianos)
Tenemos derecho a saber dónde, en qué ciudades, en qué hospitales, a cuántas personas se les está negando el derecho a vivir.
¡Menos ruedas de prensa sin contenido y más datos!
Y además también tenemos derecho a saber quién va a responder de todo esto

Comentarios