DOCTOR DE HARO O COMO "SANAR LA INFIDELIDAD"

Por Alfonso Basallo y todo el equipo de Actuall

En 2016 un total de 101.294 parejas rompieron en España, lo que supone una tasa de 2,2 rupturas por cada mil habitantes. La razón número uno no es otra que los problemas de comunicación. Cuando deja de haber sintonía la relación hace aguas.

En ese sentido, la infidelidad no es sino un síntoma de algo más profundo. Lo explica el psicólogo Juan de Haro, en la entrevista que le ha hecho nuestra reportera Miriam Calderón y que te adelanto como suscriptor de Actuall:

https://www.actuall.com/entrevista/familia/se-puede-perdonar-una-infidelidad-o-eso-es-pedir-peras-al-olmo-el-psicologo-juan-de-haro-responde/

Especialista en Psicología Clínica, profesor del Master de Terapia Familiar de la Complutense, De Haro lleva 25 años atendiendo a parejas rotas o con grietas que llegaban a su consulta con problemas que parecían irresolubles.

Y sin embargo, muchas de ellas han salido adelante, gracias a una terapia paciente y comprensiva que procura ir a la raíz de los fallos en esa relación. 

Quisimos entrevistarle dado el elevado número de rupturas conyugales -una plaga que parece contagiosa- y porque el problema de infidelidad parece no tener remedio. Pensamos que si su gabinete se llama “sanar la infidelidad” -toda una declaración de intenciones-, el profesor De Haro era la persona más indicada para responder a la pregunta: ¿Se puede perdonar la infidelidad o eso es pedir peras al olmo?

Una infidelidad inocula el veneno de la desconfianza y eso es letal para cualquier relación.

Pero el que se casa -sobre todo si lo hace por la Iglesia- hace una promesa incondicional.

Dice: “Prometo quererte en las alegrías y las penas, la salud y la enfermedad…”y no añade una cláusula del tipo “…siempre que no te dé por empinar el codo”. Que la otra parte no cumpla, no te exime a ti de cumplir tu promesa.

Uno quiere a su mujer porque la ha elegido libre y voluntariamente… nadie le obligaba a casarse. Y esa es una promesa seria, radical, que abarca la vida e implica a la persona toda.

La estructura del amor conyugal exige totalidad… se entrega la persona entera al otro, que se convierte en el “argumento de tu vida” -como decía gráficamente Julián Marías-. Haga lo que haga y pase lo que pase. Y pueden pasar muchas cosas…

¿Sería amor dejarlo tirado porque se ha quedado en el paro o le ha dado un alzheimer? ¿Y si tu marido se va con otra? ¿o tu mujer con otro?

O -no nos pongamos tan dramáticos- si a nivel más normalito, el cónyuge se vuelve inaguantable, picajoso, insufrible. ¿Qué haces? ¿Sería mejor pagarle con la misma moneda, abandonándole o poniéndole sal en el postre?

Dicho esto, perdonar tiene algo de suicida. Y más si ha habido traición, y así lo reconoce Juan de Haro en la entrevista.

Pero si no lo haces le estás condenado de antemano. Estás lanzándole una fatwa de por vida, cerrándole la posibilidad de cambiar y volver. Y si algo puede hacer cambiar a las personas es sentirse queridas. Si le cierras la puerta o le echas de tu vida, entonces ya sí que es imposible.

Conclusión. El perdón es un escándalo. Si difícil es pedirlo, quizá más aún sea darlo y aceptar a quien ha sido infiel.

Pero no es imposible, como demuestra Juan de Haro y su terapia para sanar la infidelidad.

Sus respuestas están llenas de sentido común, experiencia y esperanza.

Espero que te gusten.

Gracias por seguirnos.

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